Mary Beard: «Es un misterio por qué los genitales de las estatuas romanas son tan pequeños»

Dos libros clásicos de la autora británica, ‘El arte clásico: de Grecia a Roma’ (La Esfera de los libros) y ‘La risa en la Antigua Roma’ (Alianza Editorial), se publican por primera vez en español

Apolo de Belvedere.
César Cervera

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Mirar a la historia desde el presente hace que se den por sentado cosas que no siempre estuvieron sentadas. Muchas de las obras que hoy y durante siglos han vertebrado el cánon de la cultura europea fueron un día radicales y hasta revolucionarias. Mary Beard (Much Wenlock, 1955) se adentra en su obra ‘El arte clásico: de Grecia a Roma’ (La Esfera de los libros), coescrita con el profesor de la Universidad de Cambridge John Henderson , por los entresijos del arte antiguo para revelar cómo evolucionaron los desnudos masculinos y femeninos, cómo las estatuas más memorables del periodo están, en su mayoría, formadas por añadidos renacentistas o por qué es un error imaginar las ciudades romanas como lugares de un impoluto blanco.

Portada del libro 'El arte clásico'.

‘El arte clásico: de Grecia a Roma’ , un libro que nunca había sido publicado en español, continúa la tendencia editorial de recuperar los mejores textos de una autora británica, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales en 2016, que todavía está lejos de su divinización, como Julio César o Augusto , pero su prestigio como divulgadora de la cultura clásica roza la leyenda. Sin ir más lejos, Alianza Editorial publica también estos días ‘La risa en la Antigua Roma’ , donde Beard analiza el humor romano y cuenta que hasta ellos tenían sus «chistes de Lepe». ABC Historia charla con esta sabia sin túnica sobre esos pequeños grandes detalles de la historia clásica.

–¿Le desagradaría o impactaría al público hoy ver las estatuas y los monumentos con la gran cantidad de colores que tenían originalmente?

–Nos sorprendería, eso seguro. Hemos aprendido, en parte gracias a las películas, a pensar en Roma como un lugar de grandes edificios y estatuas de mármol blanco. Pero tenía un color mucho más brillante que eso... Creo que es sorprendente y emocionante, no desagradable.

La historiadora Mary Beard en el Museo del Prado. Matías Nieto

–¿Cuál era la diferencia entre el arte griego y el romano?

–Bueno, esa es siempre la gran pregunta. Es fácil pensar en el arte romano como simplemente una «copia» posterior del arte griego, pero me parece que no se entiende este punto. En general, Roma es la lente a través de la cual vemos el arte de Grecia... y hay un diálogo constante entre los dos.

–¿Hispania aportó algo diferente a la cultura clásica?

–Cada parte del Imperio romano contribuyó al «arte romano». De alguna manera Hispania aportó, o fue explotada, por su plata. Roma no podría haber sido Roma sin los metales españoles.

Portada de 'La risa en la Antigua Roma'.

–Gran parte de las estatuas que se conservan tienen más toques renacentistas que originales. ¿Crees que es necesario que al espectador se le avise de lo que no es original?

–Sí. Eso es lo que hace que algunos de estos trabajos sean tan emocionantes. Lo que consideramos como 'antiguo’ son a menudo «obras en progreso» , hechas y rehechas desde el mundo antiguo. ¿Por qué 'emocionante'? Porque es apasionante ver lo antiguo y lo moderno 'en diálogo'.

–Mencionas en tu trabajo que los desnudos de Afrodita fueron, originalmente, un género radical y escandaloso. ¿Es falsa esa visión que tenemos de los romanos y los griegos como personas con menos prejuicios sexuales?

–De alguna manera, sí. Tenemos una tendencia a pensar en el mundo clásico pagano como un mundo sin prohibiciones ni prejuicios. La verdad es que era un mundo en el que los prejuicios estaban en diferentes lugares. Cuando se vio la primera Afrodita desnuda , fue impactante, incluso si ahora la damos por sentada.

–Más allá de que en las esculturas grecorromanas parece que el tamaño no importaba, ¿por qué muchas de las estatuas clásicas tienen los genitales mutilados?

–En parte, cualquier parte de las estatuas clásicas que «sobresalieran» (narices, penes, etc) era vulnerable a la destrucción. No obstante, siempre ha sido un misterio por qué los genitales de las estatuas clásicas son tan pequeños.

–¿Sobrevivió el arte clásico gracias al cristianismo o a pesar del cristianismo?

–¡Ambas cosas!

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