El gran secreto de Stalin: revelan la enfermedad que padeció (y ocultó) durante la IIGM

Un nuevo estudio afirma que el líder de la URSS utilizó litio durante 1942 para paliar dos posibles dolencias: bipolaridad o gota

Manuel P. Villatoro

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La llegada de 1942 fue clave en el devenir de la Unión Soviética. Tras el comienzo apenas un año antes de la « Operación Barbarroja », la invasión nazi del país durante la Segunda Guerra Mundial , el Ejército Rojo vivía sus horas más aciagas. Ante el avance imparable de los panzer del Tercer Reich, ese mismo julio Iósif Stalin decretó la famosa Orden 227 para que todo aquel que cediese territorio ante en el enemigo fuese fusilado de inmediato. Y es que, según sus palabras, esa «vergonzante conducta» acercaba más y más a Adolf Hitler hacia «el petróleo y los campos de trigo del Cáucaso». La asfixia era tal que su ministro de Asuntos Exteriores, Viacheslav Mólotov , partió hacia Washington para insistir a Estados Unidos en la apertura de un «segundo frente» por el oeste.

No eran, definitiva, buenos tiempos para el Camarada Supremo. Al menos, y según se creía hasta ahora, a nivel político. Sin embargo, un nuevo estudio elaborado por el biotécnico israelí Gleb Zilberstein (cuyas investigaciones han sido premiadas en las últimas décadas por el Ministerio de Defensa ruso) confirma que tampoco pasaba por un momento idóneo en lo que a su salud personal se refiere.

Curioso estudio

Tal y como ha explicado esta misma semana el diario «The Times» en su edición digital, este experto ha conseguido hallar restos de sales de litio, utilizadas como medicamento para paliar dolencias como enfermedades mentales o la aparición de cristales de ácido úrico en las articulaciones (la llamada gota ), en uno de los libros que Stalin leyó en repetidas ocasiones a lo largo de 1942.

Según explica el periódico anglosajón, Zilberstein y su equipo son partidarios de que utilizó este compuesto para tratar alguna de esas dos enfermedades. Las pruebas, huellas dactilares del líder de la URSS que contienen restos de sales de litio, han sido halladas en un ejemplar de la novela de Alexei Tolstoi « Iván el Terrible ». Lo cierto es que no les falta razón ya que, como explica el historiador británico especializado en Rusia Robert Service en su obra magna, «Stalin: A Biography» , el Camarada Supremo se creía un heredero de la obra magna del sanguinario primer zar del país.

El estudio liderado por Zilberstein ha extraído las huellas de sales de litio de un ejemplar de la novela de Tolstoi que perteneció a Stalin y que, en la actualidad, guarda el Archivo Estatal de Literatura y Artes de Rusia (ubicado en Moscú). Para ser más concretos, el equipo utilizó una película de acetato capaz de capturar dicha sustancia en el papel sin dañarlo. En palabras del diario anglosajón, las pruebas más concluyentes provienen de una página en blanco ubicada al comienzo de la obra que el líder rojo llenó de anotaciones.

Litio contra la bipolaridad

El uso del litio para paliar estas enfermedades no nació en la Segunda Guerra Mundial , ni mucho menos. Según explica el doctor Eberhard J. Wormer en «Bipolar. Depresión y Manía. Vivir con emociones extremas» , en el siglo II el médico griego Sorano de Éfeso ya aconsejó a sus discípulos que utilizasen agua de manantial (rica en iones de litio) para tratar a los « maníacos ». Y otro tanto hicieron poco después sus colegas de la Antigua Roma . «Estos recomendaban a sus pacientes que realizasen con regularidad una cura de aguas contra las dolencias físicas y psíquicas», añade.

A la larga, los expertos más famosos que se valieron del uso del litio para paliar los problemas mentales fueron el médico inglés Alfred Baring Garrod o el galeno francés del siglo XIX Jean-Martin Charcot . Este último hizo hincapié en que hallar la cantidad exacta que debía ingerir una persona era clave para evitar posibles intoxicaciones, pues había observado que, si eran demasiado altas, podían afectar de forma severa a la salud de sus pacientes.

Finalmente, fue también durante el siglo XIX cuando la mencionada sustancia se empezó a usar para reducir los efectos de la gota y «los trastornos provocados por cálculos renales». En la práctica: disolver los cristales de ácido úrico que se generan en las articulaciones por razones tan variopintas como ingerir alimentos ricos en grasas.

Según afirma el psiquiatra Heni Roo en su libro «La enfermedad depresiva» , el litio es uno de los llamados «reguladores del humor», que, utilizado en forma de sales, se aconsejaba ingerir a los pacientes cuyo ánimo navegara entre los episodios depresivos y excitación. Todo ello, debido a que posee propiedades sedantes «preventivas para las recaídas». En sus palabras, «las sales de litio son eficaces en dos terceras partes de los casos tratados». Aunque su acción no es inmediata, sino que es necesario tomarlas durante al menos dos años de «tratamiento fiel» para empezar a sentir mejoría.

Con todo, la realidad es que su uso como «regulador del humor» en los pacientes diagnosticados con bipolaridad no empezó a generalizarse hasta finales de los años cuarenta (más concretamente en 1949) gracias al psiquiatra australiano John Frederick Joseph Cade. Tras publicar un artículo titulado «Lithium Salts in the treatment of psychiatric excitement» y probar su efectividad en seres humanos en los siguientes años, este experto consiguió que las sales de litio volviesen a estar de moda en Europa. Aunque, como bien señala Zilberstein, en algunos países como la URSS «ya se usaban para tratar la gota desde mitad de siglo».

Ni una referencia

Zilberstein en partidario de que Stalin utilizó el litio para paliar los dolores producidos por la gota. En primer lugar, porque se sabe que leyó varias veces el libro de Tolstoi en el año 1942 y, para entonces, en Rusia ya se utilizaba esta sustancia para reducir sus efectos. Por el contrario, no fue hasta 1949 cuando, gracias a Cade, arribaron hasta Moscú los estudios que alababan su eficacia como tratamiento contra la bipolaridad o las enfermedades mentales .

Con todo, también cree posible que el líder soviético «leyera la novela después de 1949» y que fuera entonces cuando los restos del compuesto quedaran depositados en sus páginas.

En declaraciones a «The Times», el investigador y periodista Simon Sebag (autor de «Stalin: la corte del zar rojo» ), ha confirmado la posibilidad de que el líder soviético sufriese gota. «No hay constancia de que padeciera depresión, aunque es cierto que le podrían haber dado litio para calmarse ya que, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, pasó una época en la que estaba muy ansioso. Pero lo que está claro es que no era bipolar, tenía una personalidad muy equilibrada», ha señalado.

También considera plausible que sus médicos no dejaran constancia de que sufriera esta dolencia en las articulaciones debido a que se asociaba con las grandes comilonas. «No se si tuvo o no la gota, pero no sería raro. Adoraba comer y era un gran bebedor», ha añadido Sebag.

No le falta razón. En «Stalin, el tirano rojo» , el historiador Álvaro Lozano confirma estas aficiones y recalca dos datos de interés: que Stalin adoraba la carne y que organizaba fiestas de forma recurrente para evitar sentirse deprimido. El mismo Nikita Kruschev , uno de sus generales predilectos, confirmó tras la Segunda Guerra Mundial que su adoraba las buenas comilonas: «No ha existido nunca un líder de comparable responsabilidad que haya desperdiciado tanto tiempo como Stalin en sentarse a la mesa y en comer y beber». A su vez, también añadió que las borracheras eran más que habituales en dichas reuniones.

El profesor de historia de la Universidad de Londres, Orlando Figes , ha señalado también que no existen documentos que avalen el uso de esta sustancia. «No conozco ningún registro médico en el archivo personal del líder soviético que sugiera que usaba sales de litio para la depresión o los trastornos maníacos», ha desvelado en declaraciones a «The Times». Con todo, ha insistido en que no le parece extraño que los médicos ocultasen que Stalin tomaba litio.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación