Mar Torres esperaba poetas en Instagram

La novia guadiana de Felipe Juan Froilán se echó a llorar por los comentarios suscitados tras un posado en lencería

Mar Torres

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LUNES. Rihanna ha cumplido el virtuosismo de enseñar al mundo unos pantalones de púgil, pero ahorrando en sujetador. Ha hecho un spot con vistas. Pero con vistas a ella misma. Estas cosas pasan a menudo en Instagram, que no sé yo si es como decir que pasan a menudo en la vida. En todo caso, para presentar unas bermudas se adjuntan los pechos al aire. Yo creo que casi sería mejor que se desnudaran las famosas de Instagram sin ningún pretexto , pero bueno, ahí están, entre el trapo único, como excusa informativa, y el contorsionismo erótico, como estrategia anticensura. El caso es que a Rihanna los curiosos, por no decir los mirones, le acuden en cien miles. Rihanna ahora nos saca el trapo último de un pantalón, por vestimenta única, pero por lo general nos presenta un tatuaje, o un disco. Lo hacen también otras famosas internacionales. Rihanna tiene más de una docena de tatuajes. De modo que casi es un catálogo de dibujos tribales, además de una chica. El tatuaje, no hace tanto tiempo, era lujuria de rockeros y presidiarios, o sea, una fija artesanía marginal, pero ahora casi todas las famosas de escaparate van alegremente tatuadas, con lo que lo insólito o excepcional es encontrar a una famosa que no lleve tatuaje. El tatuaje ya ha dejado de ser sorpresa de la intimidad, como una lencería ‘otra’, digamos, porque el erotismo ya es un asunto de sacarlo todo a la calle de Instagram. Lo ropa interior dejó de serlo, pasando a lucrar el vestuario de cóctel. Pero eso es ya casi prehistoria. Rihanna, que es una lanzada, y una pionera, acredita que antes la mujer ocultaba un tatuaje. Y que ahora el tatuaje exhibe a una mujer.

MARTES . Mar Torres resultó novia guadiana de Felipe Juan Froilán. Después de aquello, se subió a la noticia porque se hizo unos birlibirloques de cirugía estética, y parecía otra, quizá porque lo era. Lo mismo para celebrar la soltería, abrió a los públicos su perfil de Instagram, y ahí lució esas novedades, a bordo de un biquini escueto, o sea, apoteósico. Diríamos que pasó de mona a monísima, coincidiendo con la inauguración de su Instagram para todos. Ahora, en ese escaparate ha salido muy vestida de corsetería de jirón, y le han dicho de todo, incluso guapa. Y se nos ha echado Mar a llorar, porque esperaba mayores amabilidades. Igual Mar venía pensando que al Instagram de lencería se asoman sobre todo poetas.

Elsa Pataky GTRES

MIÉRCOLES. Con el tiempo que la esplendorosa Elsa Pataky se ha tomado en fingir una carrera podía haber hecho una carrera de verdad.

JUEVES. Joaquín Cortés y Mónica Moreno han sido padres, por segunda vez. Estuve con Joaquín, hace poco, y le vi sereno, resituado, maduro. Ya no reñido con la vida y sus pleitos. Pero ambicioso en su arte, como él dice. Enseguida, saldrá a bailar de macho con alas en el WiZink Center, en Madrid.

VIERNES . Si nos ponemos serios, Isabel Preysler no reaparece, sino que se aparece, como una virgen de cóctel o un fantasma femenino de finísima lámina. Desde hace un tiempo, se ha hecho profesional de la mañana, por avatares biográficos, y es de salir poco, lo que no invalida que la prensa la espere, a cualquier hora. Ahora cumple setenta años, pero eso da un poco igual, porque ella cumple portadas, y no años. Y o he sostenido siempre que la Preyler lleva el photoshop incorporado, antes del photoshop mismo, porque es mujer chinofilipina, y no pierde nunca el perfil de porcelana oriental y casi adolescente. La noticia, en Isabel, es siempre una estampa de Isabel, con photoshop natural, o bien del otro, según digan las cátedras de peluquería. Aprovechando que es su cumpleaños, pienso que Isabel Preysler no tiene relevo, como gran personaje de portada, y ni sus hijas, tan monísimas, pueden sucederla, porque ya vemos que la sucesión es ella misma. Tamara es un bombón de anuncio, y habla como haciéndose siempre el lío con el chicle sin azúcar que no usa. Ana Boyer es novísima, y hay poco dato aún para una glosa en condiciones, incluida su vida con el tenista Verdasco. Tamara no da razones, sino risitas. Ana lleva mucha vida de lancha, incluso en invierno. Pero Isabel Preysler las derrota a las dos juntas. Mucho me sospecho que esto no le gusta a Isabel que yo lo arriesgue, porque ella ve en Tamara un futuro de esplendor, y a lo mejor no va en el pronóstico sólo una pasión de madre. Preysler prepara el relevo en Tamara, pero yo veo que ella se viene sucediendo a sí misma. Ha cumplido setenta, y luego ha cumplido con Mario Vargas Llosa ya muchos años de matrimonio, pero sin matrimonio. De modo que son dos enamorados famosos que aún no han decidido arruinarlo todo con una boda. Gentes como ellos no tienen relevo. Son lo contrario al popular trincón trimestral, charlatán y de concurso.

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