Joe Biden, sobre su mujer: «Cuando estoy deprimido, ella me ayuda»

La pareja se casó en 1977, ambos en segundas nupcias

Joe y Jill Biden Gtres

ABC

Joe Biden se casó con su mujer Jill en 1977, ambos en segundas nupcias. Ella se había divorciado de su primer marido en 1975, mientras que Biden padeció en 1972 la muerte de su mujer Neilia y su hija de trece meses, Naomí en un funesto accidente de tráfico -sus otros dos hijos Beau Biden y su hermano Hunter iban en el mismo vehículo, pero sobrevivieron-. Jill Biden se encargó de los dos hijos que ya tenía su marido y ambos tuvieron otra hija , Ashley . Hunter es el hijo polémico del presidente estadounidense después de sufrir durante años un problema de drogadicción, del que según su padre se ha recuperado. Mientras que Beau Biden murió en 2015 de cáncer a los 46 años después de sobrevivir con tres años al accidente y en 2013 superó un tumor cerebral que le habían diagnosticado unos meses antes. Estaba casado y tenía dos hijos.

Esta semana, la pareja presidencial ha concedido su primera entrevista conjunta a la revista «People», en la que han hablado sobre su relación y «los golpes que les ha dado la vida», en relación a las muertes que han sufrido y los problemas de sus hijos: «Todo lo que hemos pasado juntos, los altibajos y ciertamente la tragedia y la pérdida... Está esa cita que dice que a veces te vuelves más fuerte por los golpes que te ha dado la vida . Eso es lo que tratamos de lograr», han afirmado.

Para ellos, lograr un matrimonio sano requiere el esfuerzo y apoyo por las dos partes. «Todo el mundo dice que el matrimonio es un 50/50. Bueno, a veces tiene que ser un 70/30. Gracias a Dios que, cuando estoy realmente deprimido , ella me ayuda, y cuando ella está realmente deprimida, yo puedo ayudarla», aseguran.

REUTERS

El presidente estadounidense confiesa que gracias a Jill superó uno de los momentos más dramáticos de su vida. «Llegó en un momento realmente importante y volvió a unir a mi familia . Ella es el pegamento que lo mantiene unido y supe que quería casarme con ella al poco de conocerla. No es que no nos peleemos y discutamos a veces... Solo tengo suerte», aunque «después de 43 años de matrimonio, realmente no hay mucho más por lo que pelear».

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