En los últimos años se ha repetido una frase de Enzo Ferrari en los ámbitos de la 'Scuderia' para restarle valor a los últimos éxitos de Red Bull: «La aerodinámica es para fracasados que no saben hacer motores». Esta máxima del 'Commendatore' se ha vuelto en contra de la escuadra italiana en este 2014. Cuando son las unidades de potencia las que marcan la diferencia, Ferrari ni está ni se le espera.
Alonso y Räikkönen apenas aparecieron en las numerosas luchas que hubo en pista, y cuando lo hicieron fue para ver cómo les pasaban por un lado y por otro. Al F14-T le falta potencia, tracción, eso es innegable, pero al equipo también le está fallando la concentración. Sólo así se entiende la casi tragicómica imagen de Alonso saliendo de boxes durante los entrenamientos libres del viernes con un neumático del compuesto blando y los otros tres del medio. Comenzar un fin de semana así sólo podía ser el preludio de un Gran Premio para olvidar.
Mientras tanto, entre bambalinas, el rumor del interés de Honda en volver a la Fórmula 1 en McLaren y llevar de la mano de Fernando Alonso se extiende. El piloto se ha hartado de repetir que él en Maranello está feliz, pero cada vez más recuerda a aquel Alain Prost que dijo en 1991 que era un camión aquel Ferrari F1 643.
Luca Cordero di Montezemolo asistió este domingo al despropósito en directo. Al menos a casi todo, porque su hartazgo llegó hasta tal punto que se fue del circuito en su Ferrari California minutos antes de que Lewis Hamilton se llevará la victoria. Con una sonrisa casi sardónica, el máximo mandatario de la 'Scuderia' prefirió no ver la cara de sus pilotos al llegar a boxes. Nadie del equipo italiano está contento, ni mucho menos satisfecho, desde Montezemolo o Piero Ferrari, también presente en Sahkir pero que al menos aguantó estoicamente el chaparrón.
El resumen es que otro año más el trabajo realizado en la fábrica es muy pobre en comparación con el resto de rivales. Montezemolo no esconde ya su disconformidad, pero tampoco toma las medidas correctas para resolverlo. Algunas decisiones que ha adoptado en el paso ha sido rebanar cabezas del equipo técnico. Uno de ellos fue Aldo Costa, director técnico de la 'Scuderia' hasta 2011 y actual director de ingenieros en Mercedes, que el domingo fue el encargado de recibir el trofeo de vencedor como representante de la escudería con sede en Brackley.
Visto que ni en pista ni en la fábrica son capaces de vencer, Montezemolo ha comenzado a mover los hilos políticos para intentar cambiar las mareas a su favor. Ferrari lleva demasiado tiempo en la Fórmula 1 como para que primero un advenedizo como Red Bull les gane la partida, pero ahora se enfrentan a un titán como Mercedes. El fabricante alemán cuenta con el apoyo de los dirigentes de este deporte, no sólo de la FIA sino también de Bernie Ecclestone, y por eso Montezemolo ha empleado su mejor verborrea para desmerecer la actual normativa: «No quiero una Fórmula 1 de taxistas y electricistas», se apresuró a calificar ante los periodistas. Esa misma sensación se la transmitió en persona a Jean Todt, con el que se reunió esta misma semana para presionarle acerca de un cambio de normativa. Más permisividad con el consumo de combustible, más tiempo para desarrollar el motor, etc. Con el apoyo de Renault más o menos explícito, Montezemolo volvió a amenazar como hace unos años con salir de la Fórmula 1 y montar un campeonato paralelo, un farol que ya no se cree casi nadie.
Aún tuvo tiempo para justificar su marcha de Baréin antes de la meta. «No esperaba mucho de esta carrera, pero sí hay algo. Me da pena ver a un Ferrari tan lento. Tenemos que trabajar. Es necesario que los ingenieros logren dar un paso adelante Tenemos varias cosas que probar durante la semana, no puedo ver a Ferrari en esta posición», aseguró el máximo responsable de lo que ocurra bajo el sello del 'Cavallino Rampante'.
Una oportuna semana de test
A veces, en el deporte, el calendario se pone a favor de las necesidades de los equipos, y en la Fórmula 1 esto ocurre más a menudo en los últimos tiempos. Esta semana aún queda mucho trabajo pendiente sobre la pista de Baréin, donde los equipos realizarán los primeros test de temporada antes de viajar a China para la disputa del cuarto GP del año. Fernando Alonso será el encargado de poner el coche en pista dos días, donde intentará probar algunas piezas con las que pretenden paliar la profunda crisis en la que han caído. Está aún por ver si dichas novedades son mejoras, ya que vistos los precedentes, sería demasiado venturoso dar por buenos esos intentos de soluciones.
Pase lo que pase en estos test, la ventaja que ha tomado Mercedes es tal que ya es muy complicado que se revierta. La escuadra alemana ha conseguido el equilibrio perfecto entre un coche aerodinámicamente bueno con una unidad de potencia que les permite rodar dos o tres pasos por delante de sus rivales. Hamilton y Rosberg se jugarán el título, salvo sorpresa mayúscula, y nadie podrá evitarlo. Quizá en Ferrari deberían adaptar la frase del 'Commendatore' a los nuevos tiempos: «La aerodinámica es para fracasados que no saben hacer motores... pero nosotros no sabemos hacer ninguna de las dos cosas».
