Felipe Massa, la reivindicación como meta

Felipe Massa comienza su octava temporada a los mandos de un Ferrari con el objetivo de volver a luchar por las victorias en cada carrera. Los resultados positivos en la última parte de la pasada temporada, donde logró subirse dos veces al podio, le sirvieron al brasileño para renovar con la escudería italiana y comenzar este 2013 con menos presión que en años precedentes. A priori, su papel será ayudar lo máximo al líder del equipo, Fernando Alonso, e intentar contribuir más en el Mundial de constructores. Sin embargo, su carácter competitivo unido a pilotar uno de los monoplazas más potentes del campeonato no le harán renunciar a nada.

Atrás parecen quedar las dudas y los decepcionantes resultados de temporadas anteriores. En 2011 el brasileño no logró subirse al podio en ninguna carrera y tuvo que conformarse con varios quintos puestos. Unos números demasiado pobres para la escudería más glamurosa de la parrilla. Sin embargo, Massa nunca se ha rendido. No lo hizo tras sufrir un gravísimo accidente en 2009 que casi acaba con su vida. Y ahora tampoco. Siempre ha confiado en sus capacidades. Y tras los buenos resultados del final de 2012 (acabó entre los cinco primeros en las últimas seis carreras) ha logrado contagiar parte del optimismo a Ferrari.

Esta temporada se presenta para el brasileño como la enésima oportunidad de reivindicarse. Quizás esa sea su principal meta. Demostrar a los incrédulos que se equivocan en sus críticas. Sus 11 victorias y 15 'poles' en la Fórmula 1 avalan su calidad sobre el asfalto. Pese a estar muy alejado de los números de Fernando Alonso, Massa no quiere oír hablar de líderes en Ferrari. Pero tiene claro que lo importante es el equipo y llegado el caso no tendría inconveniente en sacrificarse en labores de escudero, algo en lo que tiene práctica. El susto del G.P de Hungría de 2009 parece totalmente superado. Entonces, una tuerca del Brawn de su compatriota Barrichello impactó en su casco, le hizo perder el conocimiento y estrellarse contra las protecciones a más de 200 kilómetros por hora. Sufrió una importante conmoción cerebral que le apartó de la competición durante toda la campaña.

Volvió en 2010 recuperado de sus lesiones y dispuesto a pelear por el título. Sin embargo, pronto se le torcieron las cosas. La irregularidad en la pista y los fallos puntuales producto de su impaciencia en algunos momentos de la competición le llevaron a terminar sexto en la clasificación de pilotos. Un puesto que repitió en 2011, en un curso donde nunca pudo competir con los mejores. Pero si algo caracteriza a este brasileño de 32 años es su constancia y competitividad.

Massa ha escalado peldaño a peldaño en la elitista Fórmula 1. El brasileño, reconocido amante del fútbol y seguidor del Sao Paulo, lleva desde los nueve años delante de un volante. Comenzó en los karts, vivero de decenas de pilotos, donde ya destacó. En 1998 dio el salto a la Fórmula Chevrolet y empezó a conquistar premios. Los reconocimientos hicieron que Sauber le diera la oportunidad en la Fórmula 1 como probador. Su debut en el 'gran circo' se produjo en 2002, donde logró los primeros puntos de su carrera.

Tras su prometedor estreno inició su relación con Ferrari. La escudería italiana le contrató como probador. Pero Massa quería competir y no dudó en regresar a Sauber como piloto oficial. Fueron años de aprendizaje, de tomar el pulso a los distintos circuitos, de corregir errores, de pulir su estilo. Su buen hacer y pilotaje agresivo convencieron a los magnates del 'Cavallino Rampante' para que sustituyera a Rubens Barrichello como escudero de Michael Schumacher. Su rendimiento nunca ha sido todo lo bueno que se esperaba, aunque rozó el campeonato en 2008, cuando Lewis Hamilton se lo arrebató en el último giro del circuito de Interlagos. El brasileño quiere poner punto final a la frustración que le acompaña desde entonces y volver a sentirse importante al volante de su monoplaza para acallar las críticas. Motivación no le falta.