VídeoAlonso y Vettel, en rueda de prensa. / Ap
Estados Unidos vuelve a albergar un Gran Premio de Fórmula 1 un lustro después, y lo hace con toda la emoción deseable. Fernando Alonso y Sebastian Vettel se juegan buena parte de sus opciones en la penúltima batalla de la temporada, de la que uno de los dos saldrá como el primer tricampeón desde hace doce años, cuando el casi retirado Schumacher logró el tercero de sus siete títulos.
Todo son incógnitas para este Gran Premio. Sobre el asfalto del ‘Circuito de las Américas’ de Austin sólo ha rodado un piloto, el probador de Lotus Jerome D’Ambrosio, y sólo se ha podido intuir por dónde irán los tiros. Suma de muchos trazados en uno (algunas zonas recuerdan a Jerez, otras a la Turquía, algunas a Shanghai o incluso hay reminiscencias al Eau Rouge de Spa), Hermann Tilke ha diseñado uno de los circuitos donde más esperanzas tienen los aficionados de ver espectáculo. Los pilotos tendrán que bregar nada más arrancar en una larga recta en pendiente que acaba en una curva muy cerrada a ciegas que pondrá a prueba a los pilotos.
Se antoja una primera vuelta con muchos incidentes, y todo lo que sea sobrevivir y evitar errores en los primeros giros será un éxito para los corredores. Los desniveles son el principal enemigo con el que se enfrentan los pilotos en una prueba que ha puesto las expectativas muy altas, tanto como se exige a un campeonato tan emocionante como el que está escribiendo sus últimas líneas. Con esta carrera, Austin quiere quitarse la macha de la última prueba que se albergó en suelo texano: el infame GP de Dallas de 1984, donde hubo desde desmayos hasta amenazas de huega o, incluso, un Lafitte que protestó llegando la mañana de la carrera en pijama al circuito.
Primer ‘match point’ para Vettel
Sebastian Vettel tiene este fin de semana su primera oportunidad de proclamarse campeón del mundo por tercera vez consecutiva, y siendo realistas, no es demasiado descabellado que lo logre. El piloto alemán se alzará con el título si gana y Alonso es quinto o peor. Algo que, sobre el papel, puede suceder. Y es que Red Bull parte como favorito en este trazado. La mayor duda estriba en cómo se comportaran las Pirelli -cuyos compuestos serán el medio y el duro- en el asfalto de Austin. El desgaste no debería ser muy alto, pero las temperaturas serán un factor a tener muy en cuenta. Con este elemento en mente, la ecuación parte favorable hacia Red Bull. El trazado se adapta, sobre el papel, a las características del monoplaza que está reinando en este final de temporada, y Vettel parte como el gran candidato a ganar en el país donde, precisamente, debutó en 2007, a los mandos de un BMW Sauber sustituyendo a Robert Kubica.
Fernando Alonso, por su parte, se muestra completamente concentrado para un Gran Premio que se le presenta sin opción a error. En la rueda de prensa previa a la carrera, el piloto asturiano compartió mesa con su máximo rival, Vettel, con el ganador de Abu Dabi, Kimi Raikkönen, y con Hamilton, Pérez y un Pedro de la Rosa que evitó hablar sobre la convulsa situación de HRT. Alonso afirmó sentirse “más relajado y concentrado que nunca” para este final de campaña, aunque admite que confía más en sus posibilidades para Brasil que para este fin de semana.
Ferrari lleva piezas nuevas para esta carrera -que probaron esta semana en el trazado catalán de Idiada-, y que probarán este viernes durante los entrenamientos libres. Aunque en otras ocasiones las mejoras aerodinámicas han resultado un tanto decepcionantes, por lo general, Alonso se siente bien respaldado por la labor de la Scuderia. “Creo en mi equipo y creo en mí mismo. Somos honestos con nosotros mismos, sabemos que no tenemos el conjunto más rápido y que hemos calificado sextos o séptimos a lo largo del campeonato. Pero nuestro punto fuerte es sumar más puntos que los demás los domingos y estoy seguro de que lo haremos en las dos próximas carreras. Estará bien si el título se decide en la carrera final”, auguró el asturiano.
