TELETRABAJO Y FAMILIA

«Hasta que no he sido padre, no he valorado el teletrabajo»

Javier Blanco es padre de una niña de un año y, a diferencia de su mujer, su empresa le permite teletrabajar y flexibilizar la jornada en función de sus necesidades personales

Javier con su pequeña de un año en su despacho de trabajo en casa ABC
Ana I. Martínez

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Francisco Javier Blanco Portillo se convirtió en padre hace poco más de un año. Fue entonces cuando su vida dio un giro tan radical que ni él ni su mujer jamás imaginaron. «Mi vida ha cambiado bastante desde que nació mi hija. De hecho, no valoraba el teletrabajo porque no tenía necesidad de conciliar vida laboral y personal », reconoce el joven a este periódico.

La dura realidad de la paternidad hizo que Javier empezara a teletrabajar, una opción que su empresa, ligada al sector de la automoción, siempre ha puesto a disposición de los empleados. « Pero no la usaba y la mayoría de mis compañeros tampoco », comenta, « salvo para casos puntuales ». Al final, socializar con los amigos de trabajo le empujaba, como a muchos, ir cada mañana a la oficina. «Mi mujer, que trabaja en el sector sanitario y no puede teletrabajar, sale cada mañana de casa. Y yo también lo hacía. ¿Para qué iba a estar solo en casa? », comenta.

Este pensamiento se esfumó con la llegada de la pequeña Sofía. «A día de hoy, conciliar es muy difícil con dos personas trabajando fuera del hogar . En mi caso, yo estoy desbordado -reconoce Javier- porque, a diferencia de otras familias, en mi casa los papeles están invertidos: soy yo quien lleva a la niña a la guardería, la recojo, la llevo al médico a ponerle la vacuna, a las revisiones ...» porque su mujer no tiene opción. «Yo, gracias a mi profesión, puedo teletrabajar . Mi esposa no tiene esa ventaja. Y no solo eso: yo también tengo flexibilidad horaria », reconoce.

De esta manera, puede adaptar su jornada laboral en función de las cambiantes circunstancias que conlleva la paternidad. «Llevo a la niña a la escuela infantil por la mañana, me voy a la oficina a trabajar, la recojo por la tarde y sigo teletrabajando las horas que me queden. Si entre medias surge algo, lo hago: desde llevar a la niña al médico a recoger a mi mujer al aeropuerto -continua-. Se trata de facilitar la vida no solo a los padres o madres, sino a todos los trabajadores . Por ejemplo, llegará un momento en que mis padres ya no puedan valerse por sí solos. Tendré que llevarles al médico, por ejemplo. Y podré hacerlo. Para mi más que teletrabajo se trata de flexibilidad, pero para ello tienes que ser muy responsable ».

Para Javier, los principales beneficios que le ofrece el teletrabajo son la flexibilidad y la confianza. «Considero que, para implantar bien el teletrabajo en cualquier organización, tiene que haber una relación de confianza entre los empleados y la empresa para disfrutar de la flexibilidad que permite el trabajo a distancia. En mi opinión, eso solo se consigue bajo una buena relación: es la única manera de que no piensen que están vagueando sino de que si empiezas un poco más tarde porque llevas a los niños al colegio, acabarás también esa media hora después».

Con respecto a los inconvenientes de teletrabajar , el principal problema para él es el derecho a la desconexión y la falta de límites . «Al igual que creo que tiene que haber esa flexibilidad, no puede ser que te llamen del trabajo a las 22:00 horas», comenta. Pero también considera que el teletrabajo tiene otro reto pendiente: « Las relaciones laborales se establecen estando juntos y no exclusivamente mediante reuniones online. Por eso creo también que tiene que haber un equilibrio entre el presencial y el trabajo a distancia ».

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