Teresa, 79 años: «El coronavirus ha truncado mi proyecto de vida»

Esta granadina considera que las personas mayores también tienen muchas cosas que hacer por mucho que gran parte de la sociedad considere que la población mayor ya no tiene ninguna función

En la imagen, Teresa Oliveras con su marido
Laura Peraita

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A sus 79 años, Teresa Oliveras reconoce que ha tenido una vida muy «movidita» porque por la profesión de su marido han tenido que vivir en muchas ciudades distintas de España. Cuando finalmente se instalaron en su Granada natal se dedicó a sus tareas domésticas y a cuidar de sus cinco hijos , que ya empezaban a hacerse mayores.

Decidió entonces trabajar en un laboratorio agroalimentario de la Junta de Andalucía hasta que finalmente se prejubiló a los 63 años. Desde entonces, tampoco ha bajado mucho el ritmo porque sigue ocupándose de la casa, de sus nietos y de formar parte de todos los talleres de actividades posibles en su centro de mayores: lectura, tecnología, gimnasia... Pero, el pasado mes de marzo, de la noche a la mañana, el Covid-19 convirtió estas actividades en mero recuerdo .

«Por precaución para no contagiarnos ninguno en la familia y por evitar riesgos ante una operación que me hacen en unos días, mis hijos ya no vienen a casa como antes y a mis nietos casi ni les veo –lamenta–. Echo mucho de menos no recibir a mi familia en casa , que puedan venir a comer y disfrutar de nuestros momentos de conversaciones y compañía. Estamos ahora mismo viviendo una época deshumanizada. Es muy triste. El ser humano necesita sociabilizar, el calor de la familia y ya ni siquiera puedo ver a mis amistades ni a mis compañeros de las actividades del centro de mayores porque lo cerraron. Con ellos me comunico por un grupo de whatsApp, pero no tiene nada que ver».

Es una lástima no poder hacer esta actividad

Tras esta reflexión con ABC, Teresa Oliveras es contundente: «Siento que mi proyecto de vida se ha truncado por el coronavirus» . Confiesa que también le apena mucho no poder ir al hospital Virgen de las Nieves al que acudía dos veces por semana como voluntaria de «la biblioteca del enfermo».

Su labor consistía en leer libros a aquellos enfermos más debilitados, mayores y también a pacientes psiquiátricos o afectados por las drogas. «La verdad es que a veces no pasábamos de una página del libro porque lo que muchos días necesitaban eran tener una conversación y estar con alguien que les hablara y escuchara. Es una lástima no poder hacer esta actividad tan gratificante que he realizado durante dos años hasta que el Covid-19 lo ha impedido. Siempre he sentido que recibía mucho más de lo que yo les daba a ellos».

Durante toda su vida, esta granadina ha sido muy positiva, de las que ven el «vaso medio lleno» , como ella misma apunta entre risas. Aun así, «creo que se podía haber hecho mucho más en esta sociedad por atendernos mejor a los mayores y darnos mejores posibilidades de vivir con mayor calidad de vida y afecto durante la pandemia. Todas las personas necesitan ilusión y los mayores no son una excepción. Las personas somos humanos desde que nacemos hasta que morimos y tenemos las mismas necesidades de amor. No somos menos que nadie y así lo debería pensar toda la sociedad».

Sin embargo, ella es consciente de que no es así por lo que propone que se creen más campañas de concienciación para que sobre todo la población más joven sepa que las personas mayores también tenemos necesidades y un objetivo en la vida y, además , «no olviden que mañana ellos serán los mayores», concluye.

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