Un ángel llamado Valentino, así se gestó su donación para Madrid

La casa italiana dona un millón a España para luchar contra el Covid-19, que se suma a otros dos que donó a Italia

Naty Abascal y Valentino, en 2015, por las calles de Madrid ABC

Pilar Vidal

La noticia saltaba este viernes en un tuit de agradecimiento que compartía la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso , a través de sus redes sociales: «Gracias a Maison Valentino por su importantísima donación a la cuenta cero de la Comunidad de Madrid». Esa aportación, tal y como ha publicado en un comunicado la propia empresa, se trata de un millón de euros, que se suman a los dos millones que la compañía qatarí Mayhoola -que engloba entre otras a las marcas Valentino y Balmain- ya donó hace semanas al gobierno italiano para luchar contra el Covid-19. Además, el modisto italiano ya retirado y su antiguo socio y expareja Giancarlo Giammetti han querido colaborar también a título personal donando otro millón de euros de su bolsillo a su país, convirtiéndose así en ángeles de los que habitan en la tierra.

Dicen quienes le conocen que le tiene mucho cariño a España, no sólo por sus tradicionales veraneos en Ibiza a bordo de su lujoso yate sino porque aquí tiene a una de sus mejores amigas, Naty Abascal .

Un «orgullo»

La mujer más elegante de este país y musa de grandes diseñadores entre ellos Valentino, no lo está pasando nada bien estos días. Se encuentra confinada en una de sus casas junto a su hijo Luis y este pasado jueves cumplía 77 años con la tristeza de haber perdido a un ser muy querido, un afamado interiorista que estaba en una residencia a las afueras de Madrid y al que Naty y Alejandra de Rojas visitaban casi semanalmente. Se fue como otras muchas víctimas del coronavirus, sin que pudiesen despedirse de él. Algo que ha afectado mucho a Naty, para quien el mejor regalo de cumpleaños ha sido la donación de su querido amigo. «El grupo es fantástico y de la donación debemos estar todos muy agradecidos por su generosidad. Ojalá otros aprendan de Valentino y su grupo, que son un orgullo», expresa emocionada a este periódico.

Desde que se conocieron se convirtieron en grandes amigos. Arriba, en 1990

No quiere ni oír hablar de que ella ha tenido algo que ver con este gesto, aunque algunos aseguran que la llamada de Valentino por su cumpleaños fue el detonante para esta donación a Madrid . «No he tenido nada que ver, ellos saben muy bien lo mal que está España. Repito es el grupo quien ha querido tener este maravilloso gesto», aclara.

Esta muestra de solidaridad no es la única acción que ha llevado a cabo el modisto. Si algo ha tenido claro Valentino es que hay que devolverle a la vida lo que esta te ha dado. No ha olvidado nunca sus orígenes en un pequeño poblado al norte de Italia, desde donde emigró a los 17 años para estudiar Bellas Artes y costura en París. Allí comenzaría una fulgurante carrera en la que mucho tuvo que ver su socio y el verdadero amor de su vida, Giancarlo Giammetti. Y aunque muchos conocían que era el cerebro a la sombra del imperio fue el propio Valentino, quien, en su documental de despedida, «El último emperador» (2009), dirigido por el periodista Matt Tyrnauer , le hizo su personal homenaje: «Yo nunca he sido una persona capaz de llevar los asuntos de negocios y tengo que decir que el Señor Giammetti se ocupa de toda esa parte, que no es precisamente muy placentera». Uno era el cerebro y el otro el talento. Una conexión que dura ya medio siglo y que va más allá de la moda.

Surcando el Mediterráneo

Aunque han reconocido que no viven juntos, pasan cinco meses al año en su casa de Londres, dos en París, coincidiendo con la semana de la moda; dos en Nueva York, reciben el año en los Alpes y el verano surcando el Mediterráneo en su famoso yate, el «TM Blue One», de 47 metros de eslora.

En 2008 se despidió con lágrimas de las pasarelas en un desfile en París que pasará a la historia. Entonces vendió la compañía por 300 millones de euros y cuatro años más tarde pasó a manos de un fondo inversor catarí por unos 700 millones de euros.

El «rojo Valentino» vuelve a desfilar hoy en forma de material sanitario. El emperador de la moda emulando a Marco Aurelio puede decir aquello de: «En ningún lugar puede un hombre encontrar un retiro más tranquilo e imperturbable que en su propia alma».

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