Paloma Cuevas se emociona al recordar a su hermano fallecido hace seis años

Victoriano Cuevas murió por un infarto: «Añoro el poder oír tu risa», ha escrito su hermana en redes sociales

Paloma Cuevas GJB/KLA

ABC

Paloma Cuevas siempre se ha caracterizado por ser una de las mujeres más discretas y elegantes del panorama nacional. Sin embargo, y en contra de su voluntad, se convirtió en el foco mediático después de poner fin, a principios del pasado mes de julio, a casi 25 años de matrimonio con Enrique Ponce . Los primeros meses, Cuevas se recluyó en su finca Cetrina, situada en Navas de San Juan (Jaén). No hacía demasiada vida social y solo se la veía con algunas de sus amigas más íntimas y su familia.

Después de verano, la hija del torero Victoriano Valencia cambió de actitud y empezó a hacer vida normal, incluso ha concedido alguna que otra declaración a la revista «¡Hola!» -la última la semana pasada para hacer frente a la avalancha de rumores, sobre la posibilidad de que volviera con su exmarido. La empresaria aclaró a la publicación que su decisión de separarse era firme-.

Tras meses de silencio, Cuevas también volvió a su actividad en redes sociales y ahora publica imágenes con cierta frecuencia. A principios del pasado mes de agosto subió a su perfil de Instagram una imagen en la que aparecía su padre. «Cuando era una niña recuerdo que te veía tan grande... Ahora que soy adulta te veo inmenso; por el amor que atesoras, por tu entrega con todos, por tu generosidad infinita, por tantas y tantas cualidades que siempre han sido guía de mi vida!!! Gracias, papá por estar en nuestras vidas. Bendecidas por Dios al tenerte», escribió junto a una imagen en blanco y negro de Vitoriano vestido de faena.

Ahora, la empresaria ha vuelto a uso de las redes sociales para recordar a su hermano Victoriano Cuevas , quien murió hace seis años por un infarto. «Mi hermano. Nuestro ángel. Un ser lleno de luz que sigue iluminando nuestras vidas. Una suerte haber crecido contigo y poder seguir sintiéndote vivir dentro de mi. Cuando disfruto de los “regalos” de la vida, sé que lo hacemos juntos, porque tú vives dentro de todos nosotros, tu familia. Ser tu hermana fue una bendición para mí, porque tu bondad, lealtad, simpatía, sentido del humor y amor incondicional no tenían parangón. Cuando miro al cielo con tus hijos de noche, siempre reconocemos la estrella donde habitas y con tu luz sigues alumbrando el camino de todos, recordándonos que el poder para disfrutar de la vida está dentro de nosotros y que el mejor homenaje que podemos darte es gozarla como sólo tú sabías hacerlo. Por ti, hermano. Por todas las lecciones que me has enseñado aún después de tu partida. Aunque lo hago cada día en mis sueños, añoro el poder oír tu risa, escuchar tus bromas y reírte hasta de tu sombra. Gracias por tu magia, ahora más presente que nunca en mi vida».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación