Nacho Aranda: «Visitar la cuna del golf fue un viaje inolvidable»

Con motivo de su 50 cumpleaños su mujer le invitó a jugar en Escocia, su sueño de siempre

Nacho Aranda y su compañero Carlos Martínez, en St, Andrews

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Para un perdiodista deportivo, los viajes son el pan de cada día. Está acostumbrado a desplazarse en busca de la noticia allá donde se produce y el cambio de entorno se convierte en la rutina de la profesión. Especialmente para Nacho Aranda , que después de una treintena de años recorriendo el mundo, había desarrollado un sistema para no dejarse nada por ver. «Llevo viajando toda la vida por trabajo y me gusta disfrutar de los lugares a los que voy. De hecho, soy muy meticuloso y me paso preparándo los trayectos varios días, consultando guías y referencias para que no me falte nada», comenta. Además, como buen aficionado que es, siempre aprovechaba para conocer lugares emblemáticos, «como el Madison Square Garden, el estadio del Boca Juniors o las curvas del Alp d’Huez. Creo que son lugares de referencia para cualquiera amante del deporte y a los que hay que acudir alguna vez en la vida».

Sin embargo, un enclave mítico que se le resistía era St. Andrews, el epicentro donde se inventó el golf. « Soy un gran entusiasta del golf , pero al dedicarme más al fútbol no había podido acudir a los grandes torneos. Y, evidentemente, Escocia es un lugar de peregrinación para todos los golfistas». Mas esa espinita que tenía clavada se soltó de repente de una forma inesperada. «Yo siempre comentaba que algún día tendría que ir a conocer esos campos, pero más como una ilusión que otra cosa. Lo que pasa es que mi mujer se quedó con la copla y el día de mi 50 cumpleaños me entregó un sobre que me dejó a cuadros».

Dentro había nada menos que un viaje organizado a la cuna del golf, con salidas reservadas en St. Andrews, Carnoustie y Kingbarns, tres de los mejores recorrios del mundo. «Me quedé sin palabras, no entendía nada de lo que estaba pasando... lo había preparado todo a escondidas con la colaboración de mi jefe en Canal Plus, Carlos Martínez . Como él también es un enfermo del golf, accedió a acompañarme para que pudiera cumplir mi sueño».

Aunque pasaron apenas cuatro días allí, no duda en señalar ese verano de 2014 como el mejor de su vida. «Lógicamente, lo que buscas en ese país no es sol y playa, lo que menos te importa es el clima infernal, que nos pusiéramos como sopas o que el viento lateral apenas nos dejara mantenernos en pie. La sensación de plenitud interior al estar alcanzando un momento inolvidable es algo que no se puede explicar». Tanto es así, que a pesar de acudir con otro comunicador como Martínez, apenas hablaron en todo el viaje. «Mira que somos amigos y que trabajábamos juntos, pero estábamos tan metidos en la experiencia que los silencios fueron más reveladores que los comentarios », recuerda. Eso sí, en cuanto volvieron a casa todo cambió. «Ahora los amigos nos temen, porque no dejamos de contar batallitas de golf», bromea.

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