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El Jueves, la Chocita del Loro y los límites del humor

«Para algunos eso que llaman humor negro es la patente de corso para ver quién dice la burrada más gorda»

Lola Sampedro

Lola Sampedro

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Si te molestan los chistes machistas, homófobos y racistas, deberían molestarte también las mofas a Ortega Lara publicadas por El Jueves. Algo no encaja cuando rechazas un tipo de humor al mismo tiempo que defiendes –o sencillamente toleras sin problema– otro que se burla de una víctima de terrorismo. O aceptas que el humor no tiene límites, incluso cuando no te gusta la bromita; o esos límites los aplicas a todos por igual .

Para algunos eso que llaman humor negro es la patente de corso para ver quién dice la burrada más gorda. Cuanto más barbaridad sea el chascarrillo, cuanto más hiriente, más punky se siente el cómico (o la revista en cuestión). Llaman humor a lo que solo es cinismo; y lo cierto es que a menudo es muy difícil de diferenciar.

Ese tipo de chistes encuentra legitimidad cuando ataca al poder, pero se mete en aguas pantanosas en el momento en que ridiculiza a una víctima . La risa fácil elimina cualquier tipo de empatía con esa persona; en el caso de El Jueves, Ortega Lara. La risotada chusquera frivoliza lo imposible. Solo debería haber una persona que puede hacer chistes sobre ese secuestro, sobre ese dolor: Ortega Lara. Los demás no hacemos comedia, solo barbarie.

Me repugnan las mofas a Ortega Lara igual que molestan los chistes machistas, homófobos y racistas . Despiertan mi rechazo porque, en el caso de las mujeres, son las misma bromas casposas de siempre dichas por bocas de hombres que a estas alturas no se han enterado de nada, o no se quieren enterar.

Vivimos en un país generoso que regala éxito a gente sin talento , aunque lo cierto es que el talento es un valor muy subjetivo. Estas líneas, es obvio, nacen de mi subjetividad. Cuando los chistes son a costa de una minoría, cuando son homófobos o racistas, me siento agredida porque se ríen, ridiculizan, a gente que amo. No los dejo pasar igual que tampoco quiero dejar pasar la coña con Ortega Lara aunque no lo conozca de nada.

Vamos con la comedia machista. Ese puñado de hombres cómicos que sigue con los mismos chistes de culos y tetas . Los Jaimitos del siglo XXI, la perpetuidad del chiste de Mistetas. Se repiten a sí mismos constantemente, desde hace añares, y son capaces de mofarse de una violación o de una buena hostia a tiempo o de la falta que nos hace un buen polvo… ese tipo de cómicos que vive de la rentas de una España que, quiero creer, ya no existe o al menos es residual. Pero ahí siguen, ahí están, y lo peor es que se creen talentosos.

Sin embargo, tampoco entiendo eso que llaman 'humor feminista' . No acabo de entender el concepto. Una mujer puede ser cómica, una muy buena humorista, sin necesidad de presentarse con etiqueta de nada. Las modas están bien, que el feminismo esté de moda está bien, aunque ya me temo que no tanto. No entiendo que para contestarles a ellos haya que responder en con su mismo lenguaje.

Llevo semanas leyendo, escuchando y hablando de La Chocita del Loro . Claro que me parece asqueroso que en esa sala se vete a mujeres solo por el hecho de serlo. Que se diga así, sin pudor, en una radio nacional, sin tapujos, es sintomático de la necesidad de algunas por salirse de eso que llaman redil. Les cansa la reivindicación incluso cuando viene desde el chiste. Lógico, a mí también. Es agotador. Pero ese agotamiento que te da pelearte todos los días por reivindicarte no es excusa para vetarlas. A ellos no los vetan y son igual de coñazo.

La comedia no es lo mío. Creo que con esta columna lo dejo claro . De hecho, tampoco me hacen gracia esas supuestas cómicas feministas. Algunas se han mimetizado tanto con lo que quieren combatir que acaban por hacer lo mismo que ellos, aunque a la inversa. No creo que ese sea el camino, copiar su ordinariez. El cansancio no es excusa para caer en esa caspa, aunque ese sea un recurso muy goloso y facilón. Yo misma caigo a menudo. Lo que sí tengo claro cuando recurro a eso, a devolverla igual, es que si me responden tengo que encajarlo. Si ridiculizo o personalizo, tengo aceptar sus pedorretas como respuesta. Si te descojonas de ellos, igual que ellos se han descojonado de ti, de nosotras, hay que asumir la réplica. No hacerlo y responder con seriedad, cabreo y odio dice poco de la que se llama a sí misma cómica. También de las siesas que no nos dedicamos a eso.

Hay que elegir. O todo vale en el humor o hay límites, pero tenemos que escoger porque lo contrario es hipocresía . Yo elijo las líneas rojas, sin prohibiciones ni llamadas al odio ni señalamientos, sin revanchas ni castigos. Escojo que puedas hacer un chiste y poder decir que no me ha hecho ni puñetera gracia.

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