Parto diferido de 9 días entre uno y otro bebé: "Me dijeron que yo era la mejor incubadora"

Las ganas de Ian por nacer, pese a sus 28 semanas, no las tenía su hermana Laia, que aguantó...

ATLAS ESPAÑA

Las ganas de Ian por nacer, pese a sus 28 semanas, no las tenía su hermana Laia, que aguantó nueve días más en el vientre de su madre Laura. Es lo que se llama un parto diferido: esperar a que el feto madure, a que se formen, por ejemplo, sus pulmones. Tras nacer el niño, durante nueve días, los médicos vigilaban constantemente a la madre y a la niña. Realizaban muchos controles mientras esperaban a que llegara el mejor momento. Le dijeron que, hasta entonces, ella era la mejor incubadora para su pequeña. Y así hizo crecer más a Laia, reduciendo los riesgos y asegurando su supervivencia. Desde la Unidad de prematuros del Hospital de Sant Joan de Deu en Barcelona están sorprendidos porque son casos excepcionales, entre uno y tres al año, aunque han atendido un parto diferido de hasta 49 días. Además, solo se realiza en situaciones de prematuridad extrema. Ya con 10 meses, Ian y Laia, solo tienen prisa por vivir.

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