Los miembros de la CUP David Fernández y Anna Gabriel (en el centro), con la pancarta
Los miembros de la CUP David Fernández y Anna Gabriel (en el centro), con la pancarta - REUTERS

La CUP, tras la pancarta de la manifestación a favor de los presos de ETA

Unas 70.000 personas, según la Policía Municipal, participan en el acto de Bilbao convocado por Sare

BILBAO Actualizado: Guardar
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Decenas de miles de personas -unas 70.000, según la estimación de la Policía Municipal- han participado esta tarde en Bilbao en la manifestación que todos los años, por estas fechas, reclama el acercamiento de presos etarras a cárceles vascas, así como la excarcelación de los reclusos enfermos. Por segundo año consecutivo, el acto, que ha durado unas dos horas, desde La Casilla hasta el Ayuntamiento, ha estado organizado por Sare, que ha celebrado en paralelo otra manifestación en Bayona.

De forma llamativa, el único partido cuyos representantes han portado la pancarta principal -en la que se podía leer «Derechos Humanos, resolución y paz. Presos vascos a Euskal Herria»- ha sido la CUP. David Fernández y Anna Gabriel se han alineado, entre otros, con Rosa Rodero, viuda del sargento de la Ertzaintza asesinado por ETA Joseba Goikoetxea

, y la exconsejera socialista Gemma Zabaleta.

Dirigentes de la «izquierda abertzale», como Pernando Barrena, Pello Urízar y Óscar Matute han participado en el acto, pero no se han situado en esa posición destacada. Tanto el PNV como Podemos no han estado representados de forma oficial. La formación morada había dado libertad a sus bases para que acudieran, si así lo deseaban, a título personal. Por parte de los nacionalistas ha estado presente, por su cuenta, el exalcalde de Guecho Iñaki Zarraoa.

El lento recorrido de la marcha, iniciado con aplausos y gritos, en euskera, de «presos vascos a casa», lo han abierto varias furgonetas con rótulos donde se podía leer «Granada 875 kilómetros» o «Almería 1.040 kilómetros», en alusión a las localidades donde se encuentran encarcelados presos de ETA y su distancia al País Vasco. A continuación, familiares de los reclusos, y tras ellos la pancarta principal y el resto de participantes.

Rodero: «No hacemos ningún mal»

Antes del arranque, en el carrusel de declaraciones a los medios de comunicación, se ha puesto ante los micrófonos Rosa Rodero, a cuyo marido asesinó la banda terrorista. «Quiero que esto siga adelante, llevamos cuatro años de inmovilidad y hay que empezar a movernos toda la sociedad. Me pregunta mucha gente por cuál ha sido mi reflexión. Mi marido era un hombre que luchaba por la reinserción de los presos y lo único que sigo es lo que él nos ha enseñado y la educación que hemos dado a nuestros hijos. Estamos pidiendo unas cosas que son normales, no creo que hacemos ningún mal por reivindicarlo», ha indicado.

«La política penitenciaria actual es una política inaceptable porque tiene dos clases de castigo, contra los que yo estoy en contra: por un lado a los presos, por otro a sus fmiliares y anigos, es inaceptable en un Estado democrático», ha apuntado la socialista Zabaleta. «Una política penitenciaria justa y humintaria sería una gran contribuición a la normalización y la convivencia».

A mitad de recorrido ha intervenido el portavoz de Sare, Joseba Azkarraga, en su día consejero de justicia del Gobierno vasco bajo mandato de Ibarretxe. «Las previsiones que teníamos han sido superadas con creces. La sociedad vasca, en su inmensa mayoría, está sintiendo el fin del sufrimiento y sobre todo que se den pasos hacia la convivencia», ha proclamado.

Levantamiento de piedras y «bertsolaris»

La marcha ha alcanzado el Ayuntamiento de Bilbao al cabo de hora y media. Los discursos de cierre han estado precedidos por la «parafernalia» habitual, con levantamiento de piedras y «bertsolaris». Prolegómeno a la lectura, en euskera y castellano, del comunicado final. «Después de cuatro años, la política penitenciaria de los gobiernos francés y español sigue siendo igual de cruel. Después de cuatro años sin actividad armada, siguen con su implacable y macabra política penitenciaria», rezaba parte del texto.

«No es admisible que la política penitenciaria de un Gobierno se aplique bajo los parámetros de la venganza. El tiempo pasa y hay situaciones que se mantienen. Es hora de decir: basta ya. Basta ya de sufrimientos claculados, de políticas inhumanas», ha sido otra de las proclamas del comunicado, que incluía un llamamiento a «remar juntos y en la misma dirección» a una «izquierda abertzale» golpeada por sus recientes batacazos electorales.

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