Objetivo: reducir a la mitad las cabras montesas con caza controlada y traslado a Pirineos

Aprobado el nuevo plan de gestión para acabar con la sobrepoblación, seis años después del que tumbó la Justicia

Ejemplar de cabra montés en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama ABC

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La cabra montesa prácticamente había desaparecido de Madrid cuando, en 1990, se reintrodujeron ejemplares procedentes de Gredos y de Las Batuecas . No imaginaban los responsables regionales el tremendo éxito que iba a tener la repoblación : de hecho, el desarrollo de la especie fue tal que en pocos años se había producido el fenómeno opuesto, la superpoblación. Un plan de 2016 decidió dejar en la mitad la población abatiendo los ejemplares a tiros. Un plan que tumbaron los tribunales, tras la denuncia de Pacma . Ahora, el Gobierno regional ha elaborado un nuevo plan de gestión que está a punto de publicar, y que pretende reducir en cinco años a la mitad las más de 6.200 cabras que viven en Guadarrama.

El procedimiento, aseguran a ABC fuentes de la Consejería de Medio Ambiente, que dirige Paloma Martín, «mejora el redactado en 2016». La polémica se llevó aquel por delante, y ahora no quieren que les pase lo mismo. Por eso, apuntan que se priorizará «la extracción en vivo de ejemplares para repoblaciones» –captura de cabras que se llevan luego a otros lugares donde sea necesario repoblar, como Pirineos –. No obstante, también contempla su caza, aunque nunca como actividad deportiva, prohibida en el ámbito de los parques nacionales.

La Comunidad de Madrid considera necesario poner en marcha este Plan de Gestión para «paliar los daños a la biodiversidad que origina la superpoblación de cabra montés». La población actual es de 6.293 ejemplares (que supone una densidad de 38 ejemplares por kilómetro cuadrado), mientras que la población ideal teórica es de 1.945 (11,57 ejemplares/kilómetro cuadrado).

La sobrepoblación, aseguran en Medio Ambiente , origina una pérdida de suelo anual de 4.000 metros cúbicos por año. Además, también está desplazando a otras especies o las hace desaparecer, como está ocurriendo con la mariposa Apolo , cuya fuente de alimentación está esquilmando.

Por eso, explican en la Consejería , se ha considerado «como método más eficaz y sostenible» uno que combina distintas fórmulas para reducir la población de cabras en el Parque Regional de la sierra de Guadarrama , con el fin último de reducir a la mitad el número de ejemplares entre 2022 y 2026.

Repoblación

Este «modelo de extracción mixta» combina la extracción en vivo para repoblar otros entornos, con el control cinegético de la cabra –mediante la caza–, «contando con el apoyo o colaboración de sociedades locales, debido al gran conocimiento que tienen del territorio, y de asociaciones expertas en caza para que, bajo la dirección del equipo técnico del Plan Nacional de la sierra de Guadarrama, formen parte del control de la especie».

Las extracciones para repoblación, se realizan desde 2010, y han permitido repoblar territorios con más de 600 cabras procedentes de Guadarrama, que tras su captura en vivo son testadas y analizadas para comprobar su estado de salud e idoneidad.

A lo largo de los últimos diez años, se han realizado diferentes estudios sobre la población de cabra montés en Guadarrama , para conocer su salud, las enfermedades que sufren, su distribución, comportamientos y necesidades, y sus efectos sobre la flora, fauna y superficie del Parque Nacional . En ellos han colaborado investigadores de las universidades Complutense, Politécnica, Autónoma y UNED.

La cabra montés (Capra pirenaica) es un gran ungulado endémico de la Península Ibérica desde el Paleolítico. Pero acontecimientos como las guerras napoleónicas, la presión ganadera y la caza redujeron las poblaciones de esta especie a pequeños grupos en Gredos, Pirineos y las montañas del este peninsular. Desde que se decidió reintroducirlas en Guadarrama, comenzaron a desarrollarse con un grado de éxito que ha terminado transformándose en un problema. Su tasa de crecimiento no es natural, ni lo son tampoco las densidades que acumula, que generan desequilibrios en el medio ambiente. Según explican los técnicos de Medio Ambiente, lo normal en la Naturaleza es que las poblaciones de herbívoros –como es este caso– evolucionen «durante miles de años, junto con las especies de flora y fauna de su entorno y siempre están reguladas por depredadores que controlan su abundancia, pero no ha sido así en este caso».

Repoblar Sonsaz

El nuevo documento para regular la población de cabra montés está adaptado al plan rector de uso y gestión del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama , y en su redacción ha intervenido el Centro de Investigación, Seguimiento y Evaluación del parque. Incluye la dispersión de las cabras, su control, o su uso para repoblar otras sierras, como la reserva de caza de Sonsaz –entre la Comunidad de Madrid y la de Castilla-La Mancha –.

La aglomeración de cabras en Guadarrama no sólo supone un problema para la fauna y flora de la zona, sino que también perjudica a la propia especie caprina: los estudios llevados a cabo han observado un «decaimiento en el bienestar de la población», medido por indicadores biométricos y de estructura que dejan de manifiesto «cambios en los r asgos taxonómicos respecto al patrón propio de la especie, en hechura y tamaño de las extremidades».

Por eso consideran tan importante una reducción del número de ejemplares que permita «ir mitigando los daños y lograr en la etapa final una pirámide poblacional más racional». Una vez conseguido este objetivo, se pretende trabajar en dos fases más para revisar los parámetros y el mantenimiento de las densidades adecuadas para el bienestar de los animales. Y, en paralelo, se trabajará en mantener la calidad del paisaje y en crear refugios térmicos .

La población actual de cabra montés se localiza en dos núcleos muy diferenciados: en la parte sur, por Cuerda larga, Sierra de los Porrones, la Pedriza, Sierras de Morcuera y Altos del Hontanar; y por otra, la población de los Montes Carpetanos, distribuidas desde el macizo de Peñalara hasta el puerto de Navafría. En estos puntos es donde mayores daños se constatan al acantonarse los rebaños en estas zonas.

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