José Luis Jiménez - Pazguato y fino

La venda y la herida

Quizás Velasco le ha dado al BNG la excusa perfecta para ponerse la venda antes de la hemorragia que le van a causar las urnas

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Admitámoslo: echábamos de menos a Bieito Lobeira y ese verbo fácil para la idiotez. El Parlamento añora a su último gran histrión, devenido en monologuista de humor desde que ha bajado a la sala de máquinas de ese barco en proceso de hundimiento que es el BNG. Ayer encontró un inmejorable escenario a las puertas de la Audiencia Nacional para lo que más le gusta: hacerse notar. Es que es ver una cámara de televisión y subirle las pulsaciones. Le pudo la nostalgia de su época dorada de lápidas y muñecas en gallego. De lo dicho, quédense con eso de que el PP urde una conspiración judicial para torpedear al refulgente nacionalismo gallego, que aspiraba a barrer en las urnas este domingo.

Que ninguna encuesta le diera un mal diputado al Bloque (camuflado bajo la sonrisa de Carlos Callón y unas siglas estériles) antes incluso de la declaración en la Audiencia debe ser circunstancial.

O puede que no, que no lo sea. Porque quizás el juez Velasco le ha dado al BNG la excusa perfecta para ponerse la venda antes de la hemorragia que le van a causar las urnas, achacando su desplome a la investigación judicial y no al ocaso que vive el nacionalismo, fracturado, enfrentado, cainita y radicalizado. Más claro aún: hoy la tendencia al alza es la izquierda radical, tenga o no sesgo identitario, y por eso Anova se ha vestido de morado para este 20-D, abandonando a su suerte a estos últimos de Filipinas de la bandera gallega estelada. No cotiza el nacionalismo on the rocks y hay que echarle gaseosa rupturista, porque saben que, de lo contrario, no se bebe el combinado ni el gato.

Aunque podría haber algo peor, y es que Lobeira se crea realmente lo que dice. Explicaría el errático rumbo del BNG. Bien visto, es el rumbo adecuado. Hasta la victoria final.

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