Juan Soto - El garabato del Torreón

Los candidatos de las redes

Garantizan el anonimato, salen gratis y son infinitamente más persuasivas que los mítines, la cartelería y el engrudo

ABC

Falta un año para las elecciones municipales. Un año es mucho tiempo para madurar higos, pero poco para exhibir en el escaparate, con éxito de venta, un candidato electoral. Aunque se trate de un modesto aspirante a una modesta alcaldía de una modesta capital de provincia.

Desde que guardo memoria, el PP siempre remoloneó a la hora de publicar los nombres de sus cabezas de lista, quizá por ese andar de dinosaurio que le es tan característico, quizá por temor a los dinamiteros propios o ajenos. En Lugo, toda la vida de Dios las listas del PP se elaboraron a brazo, como el chocolate, y a base de mucho quita y pon, como los cuellos postizos. Por lo que se ve, mantiene la costumbre, que para unos será vicio y para otros será virtud. Pero el caso es que a la fecha no hay proclamación oficial de los postulantes peperos a las alcaldías de las siete principales ciudades gallegas. En seis de ellas, se dan por sabidos. En Lugo, no. En Lugo, todos los días se le cuela al PP un aspirante a desbancar de la alcaldía a Lara Méndez, empresa que, dicho sea de paso, 'non videtur facile' (que diría el concejal Poy, reputado ciceronista) por no decir que se antoja imposible.

Eso de dar al aire el nombre de un posible candidato para ver si es acogido con aplausos o a pedradas, se hacía hasta hace poco, pero ahora la fórmula ha quedado más anticuada que los parches Sor Virginia. Ahora, la selección del cabeza de lista queda a lo que dispongan las redes sociales, que garantizan el anonimato, salen gratis y son infinitamente más persuasivas que los mítines, la cartelería y el engrudo. A la fontanería del PP de Lugo le ha salido lo que vulgarmente se llama un grano en el culo. Un grano, en la mismíma punta del tafanario reticular. Dudaban si encabezar la candidatura de la capital con Ramón, con Antonio o incluso –por aquello del empoderamiento– con la señora Candia, y hete aquí que, de pronto, Quique se les cuela por el huelgo de eso que llaman facebook. Por lo visto, nombre que se facebookiza nombre que se difunde sin remedio. O sea, que si ya no fueran bastantes tres nombres ahora aparece el cuarto. Así no es extraño que para conocer el candidato definitivo haya que esperar a que pase el San Froilán. Y a lo mejor, a que pase O Santo Entroido, como dicen en Vilaúxe de Chantada.

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