Galicia

Del asfalto al campo, sin retorno

Hace un año que Pili y Davizón dejaron su céntrico piso coruñés para mudarse a una casa en obras en A Irixoa. Un cambio de vida extremo que narran día a día en su perfil «Vacas Nómadas»

La pareja celebra su primer aniversario en su nuevo hogar INSTAGRAM

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Pili y Davizón son unos visionarios . En enero de 2020 se mudaron de la ciudad al campo, a solo tres meses de que una pandemia mundial revalorizase los jardines y las terrazas de manera impensable. En su caso, apenas cincuenta kilómetros separan su vida como urbanitas en la concurrida plaza de María Pita de su nueva existencia como habitantes de una población con poco más de un millar de vecinos. «Vivíamos en un apartamento muy pequeño, con dos perros y un huerto macetero. Pero llegó un momento en el que incluso bajar a los perros era una locura por toda la gente que había . La verdad es que llevábamos mucho tiempo planteándonos una transformación de vida para generar un proyecto que aportase de una forma sostenible y compartida, y nos decidimos».

En el caso de Pili, su trabajo como consultora le permitió romper amarras con la ciudad y trasladar su puesto de trabajo a la localización elegida para empezar su nueva vida, A Irixoa . Para Davizón, al frente de un negocio hostelero, el confinamiento del pasado marzo supuso un antes y un después, que le permitió entrar en contacto de lleno con la aventura rural de la pareja. « Estos tiempos de parón nos han permitido invertirlo en la casa que elegimos , y a la que entramos a vivir al mismo tiempo que empezamos la obra, y ha sido maravilloso» reconoce Pili en una conversación con ABC. Después de casi un año viviendo en una casa en pleno proceso de restauración, la valoración no puede ser más positiva. « La casa abajo no tenía ni suelo, ni ventanas, ni nada . Así que nos instalamos en la planta de arriba con una cocina de campaña y lavando los platos en el lavabo», recuerda sonriente. Entre sus prioridades a la hora de elegir vivienda buscaban que estuviese hecha de piedra y que tuviera bastante terreno. También pusieron como requisito unas vistas despejadas que a la postre les regalaron una estancia libre en pleno encierro. Son, reconocen, la envidia de todos los que estuvieron confinados en un piso interior. «Para nosotros el confinamiento fue como una burbuja porque tenemos tanto terreno que nos volcamos en avanzar en nuestro plan. La sensación fue increíble, el sueño que pretendíamos alcanzar en unos años y que nos llegó así, de golpe y sin esperarlo ».

Cuando explica la transición entre su vida en el centro de La Coruña y A Irixoa, Pili no pone peros. «Fue muy fácil porque al final aquí conoces a todo el mundo. Vas a pasear a los perros y sabes que el camino no van a ser diez minutos porque te vas a encontrar con alguien y vas a pararte a hablar. El ritmo es otro, muy distinto », indica sobre su nueva realidad. Conscientes de que quieren aprender a ser autosuficientes, y de que esa enseñanza se la van a dar «los que comen cebollas porque las plantan y los que tienen carne porque la crían», cada día supone un reto para ellos.

El cambio de vida extremo de esta pareja los animó a narrar su día a día a través de una cuenta de Instagram que con el paso de los meses ha sumado miles de seguidores. En las redes Pili y Davizón son «Vacas Nómadas» , pero la realidad es que ya han echado raíces y no hay planes de mudarse de nuevo. Foto a foto han ido mostrando el avance en la obra y sus vivencias con un váter sin papel higiénico y una vaca que los visita a la hora de la comida. El humor y el buen rollo de esta pareja son uno de los puntos fuertes de su cuenta, a través de la que han contactado con muchos seguidores que aspiran al mismo giro vital.

« Mucha gente nos pide que generemos contenido sobre cómo tomamos la decisión y cómo fue el proceso, porque lo ven como una aspiración difícil de alcanzar, por eso quisimos explicar desde el principio que las cosas salen adelante aunque da mucho vértigo», aclara Pili, que en su árbol genealógico no cuenta con ningún vínculo rural. « Ahora lo que queremos es abrirnos a la comunidad , a aquellos que quieren pasar unos días en un entorno rural, que sepan que no hace falta vivir en una aldea para disfrutar de ella», apunta como siguiente meta a lograr.

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