Fagocitado

«Ferraz, tenemos un problema». Esas habrán sido las cuatro primeras palabras pronunciadas por Ximo Puig en su obligada llamada telefónica a la sede nacional del PSOE, después de conocer los resultados electorales obtenidos el pasado domingo. El abrazo del PSPV a la extrema izquierda, personificada en Compromís-Podemos, tras las elecciones municipales y autonómicas del pasado mes de mayo para echar al PP del poder, está teniendo ahora el efecto boomerang que más de uno preveía.

En las tres capitales de provincia, el PSOE ha sido sobrepasado en votos por sus actuales socios de gobierno en ayuntamientos y en la propia Generalitat, una situación que ha hecho saltar todas las alarmas en el socialismo valenciano. Piano piano, Compromís y Podemos llevan camino de fagocitar a un PSPV que de la mano de Ximo Puig está alcanzado a marchas forzadas los peores resultados de su errática historia.

Y es que la situación que tiene ahora mismo es más grave de lo que en un principio creían. En estas 24 horas, el PSPV se encuentra en tal momento de debilidad que puede llevarles incluso a perder el poder de una Generalitat que se sustenta con «palicos» y «cañicas» gracias a sus dos socios de gobierno, fortalecidos y enfervorizados tras el 20-D.

Mónica Oltra se convierte ahora en la lideresa absoluta de un gobierno valenciano despojado de todo sentido común. Las próximas semanas serán claves para un PSPV que debe comenzar a dejar las cosas claras, es decir, si comulga con las ideas del socialismo histórico español o prefiere deambular entre la indecisión y la bipolaridad que en nada le beneficia.

Si no empieza a reaccionar y a escenificar un posicionamiento acorde a las siglas que representa, el PSPV dejará en breves fechas de ser un partido de Gobierno, un partido que puede y quiere gobernar para todos y cada uno de los valencianos y no para unos pocos. Ferraz, tenemos un problema.