El domingo votamos

Decidimos muchas cosas para los próximos cuatro años y sentamos las bases para muchos más, porque la próxima legislatura debe ser, de verdad, la de la recuperación. De las grandes empresas y de las pymes. La recuperación de las personas y de las cuentas del Estado. Necesitamos que el estado del bienestar vuelva a aparecer con claridad, probablemente con rasgos algo diferentes al que tuvimos antes de la crisis, pero que vuelva a y residentes en España, y a los inversores extranjeros.

La próxima debe ser también la legislatura de la reconciliación, de la redefinición de la convivencia que facilite el encaje de todos en el proyecto común que debe ser España, un país comprometido con Europa y con todos los organismos de los que formamos parte, a la vez que solidario en la solución de los graves problemas internacionales que nos rodean.

Y para todo eso necesitamos a las empresas.

En mi artículo anterior hablaba de la responsabilidad social como el auténtico motor del cambio necesario. Y en ese motor, la responsabilidad económica es el primer factor de crecimiento; sin una economía fuerte, hablar de prestaciones sociales, de solidaridad, de creación de empleo, solo es ilusión.

Y con ser importante la ilusión, hoy necesitamos ser un poco más pragmáticos. Mirar al futuro, por supuesto, pero con los pies en el suelo, tomando decisiones que no nos desvíen de esa ilusión que suelen plantear los partidos políticos en época electoral, pero que mejoren las condiciones de convivencia en el corto plazo.

Como decía, desde mi visión, eso pasa por definir correctamente el futuro sostenible deseado, y apoyar el desarrollo empresarial para avanzar hacia él sobre un presente creíble y más sólido que el que ahora tenemos. Porque el crecimiento económico solo es posible con empresas fuertes, seguras, que apoyen y reciban el apoyo de las personas y las administraciones, con una financiación justa que permita la innovación en productos, procesos y estrategias.

Solo con empresas fuertes, tranquilas, seguras, podremos crear empleo estable y de calidad, recomponer «la caja de las pensiones» y consolidar un camino hacia la recuperación tan necesaria. Y no veo esta apuesta claramente reflejada en las propuestas de los partidos con posibilidades reales de gobernar en esta próxima legislatura que, como casi siempre, en las campañas se quedan en la ilusión inicial (predicar) y muchas veces en la frustración posterior (dar trigo).

Por cierto, antes hablaba de la recuperación de la convivencia nacional en la próxima legislatura. Y en eso también los empresarios alicantinos tenemos mucho camino por recorrer. Difícilmente seremos interlocutores válidos en algún foro si no somos capaces de representarnos a nosotros mismos.

Javier Fur es Presidente del Círculo de Economía de Alicante