Fernando Llopis - El último liberal

La cólera de Dios

«No tiene nada que ver, pero Lope de Aguirre se cargó a sus dos superiores con tal de alcanzar el poder»

Fernando Llopis
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Aguirre, la cólera de Dios es una de las cien mejores películas del cine, según la revista Time. He de reconocer que me impresionó mucho la película que relata el viaje del conquistador español Lope de Aguirre a través del Amazonas en busca de El Dorado. La interpretación de Aguirre recayó en el actor alemán Klaus Kinski, que aportó unas dosis de irracionalidad a las acciones del personaje que lo hacen difícil de olvidar. Todo en Aguirre es incomprensible y salvaje, pero asumible, en busca de su objetivo de alcanzar El Dorado.

El que parece haber asumido el papel de la «Cólera de Dios» en el Tripartito que gobierna (es un decir) Alicante es el primer teniente de alcalde Miguel Angel Pavón.

Afortunadamente muy lejos de la brutalidad de Aguirre, pero sí que es cierto que se ha especializado en generar un gran número de polémicas y tensiones en la ciudad que considero totalmente innecesarias.

Pavón se pasó una legislatura pidiendo dimisiones a todos los concejales del PP a medida que iban siendo imputados, pero en esta legislatura ha defendido a la concejal de su grupo que va a pasar en breve por el banquillo de los acusados. También prohibió que se instalara el tradicional Belén en el Ayuntamiento y por último ha acabado declarando la guerra a los veladores y terrazas de la ciudad más al estilo Fraga que Lope de Aguirre, con las frases «la calle es mía» o «puede haber comisiones consultivas, pero se hará lo que yo diga».

Ha sido curioso comprobar cómo el mismo concejal que hace nada defendía algunas acciones cercanas a los «escraches» como libertad de expresión (parece que) tuvo que mandar a la contrata de limpieza para que retiraran unos carteles en su contra, solo esos, mientras dejaban el resto de cartelería en las paredes.

La debilidad que muestran los socialistas actuales tras pactar con ciertos grupos radicales, además de cansar a su moderado electorado habitual, no está exento de riesgos. No tiene nada que ver, pero Lope de Aguirre se cargó a sus dos superiores con tal de alcanzar el poder.

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