Cristina Martínez Bonafé asciende progresivamente en el ciclismo
Cristina Martínez Bonafé asciende progresivamente en el ciclismo - MIKEL PONCE
DEPORTE FEMENINO

Cristina Martínez: Tierna madurez sobre ruedas

Cristina Martínez cimenta una carrera en el ciclismo sin arrugarse frente a rutas y puertos en una continua evolución

VALENCIA Actualizado: Guardar
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Rotundos grados de madurez. A tierna edad muestra un poso notable. Limpio y firme discurso. Y proyecta ilusión y ganas y temperamento y genialidad incluso. Lo exhibe sobre una bicicleta, al tiempo que lo expresa con templanza con palabras: «La carretera te pone en tu sitio. Es sobre el asfalto donde más aprendizaje he tenido. Y lo que me da el ciclismo, que vivo con seriedad e ilusión, los valores aprehendidos, intento trasladarlos a mi experiencia vital». Cristina Martínez Bonafé (Torrent, Valencia, 2/1/1996) progresa dando pedaladas, escalando, que es su especialidad, sin arrugarse con lo que venga, por feroz que sea la pendiente. Procura mantener «una evolución continua». Y lo hace, destacando, reforzando su nombre en su deporte, en las filas del «Lointek», que le dio la oportunidad de aparecer en el escenario internacional, recompensando firmes habilidades sobre las dos ruedas.

Y lo suyo con el ciclismo, entonces un juego, un correr sin obligaciones, pero despuntando casi sin darse cuenta, comenzó camino de los seis años por un puro imitar a su hermano y su primo -cuatro mayores-. «Yo también quiero correr», pidió a sus padres. El caso es que en esas carreras de los inicios, dando vueltas a un pueblo de la provincia, o por la misma plaza, se acostumbró a ocupar un puesto en el podio de la jornada. «Mis padres me recuerdan que la gente se preguntaba que cómo una chiquilla tan pequeña estaba siempre entre los primeros», dice. Alcanzada la categoría cadete, subió el kilometraje de las pruebas progresivamente y comenzó a correr tanto en competiciones autonómicas como nacionales: «Ves que si quieres rendir en la carretera tienes que entrenar; y si tienes que prepararte, debes elegir, sacrificar cosas para hacer lo que te gusta, lo que te ilusiona y tomártelo con seriedad».

Las pedaladas más importantes, las que han supuesto un punto de inflexión en su recorrido, llegaron en los dos últimos años. Apuró la etapa junior para destacar en lo deportivo y ganarse la llamada de un equipo que le abrió «las puertas de la competición internacional, con una estructura fuerte y que me permite, ya como sub’23, participar con gente de mi categoría, pero también con ciclistas de elite».

Al tiempo, en el paso académico hacia el mundo universitario -se matriculó de Administración y Dirección de Empresas y de Derecho, aunque ahora sigue con ADE-, recibió la llamada de un proyecto en Suiza para fomentar el ciclismo, que por primera vez cuidaba la categoría femenina: «Gané la Copa de España y buenas

«He sumado muchos días de competición con el equipo y con la selección española»

carreras en el País Vasco y me llamaron. Era la primera vez que lo hacían con chicas y fui la primera española en ir. Pero fue una experiencia más personal que ciclista. Gané en madurez, en autonomía y en solucionarme mis problemas. Lógicamente, era también 24 horas de bici: entrenar, una alimentación adecuada, los descansos, cuidados... En ese tiempo de preparación también me sirvió para preparar el Mundial de Ponferrada. Nunca había estado en uno».

Progreso constante

Cierra ahora una temporada en la que considera que «he conseguido conocerme más como ciclista y en la que creo que para ser sub’23 de primer año he sido muy regular». En el escenario internacional, sí se fajado con las corredoras de elite. «He corrido con gente que siempre han sido un referente para mí. Empecé en las clásicas en Bélgica. Tuve buenos datos en la ‘Vuelta de la Bira’, ganando la general a la mejor joven. He sumado muchos días de competición con el equipo y también con la selección. He ganado el campeonato de España de pista en la prueba de puntuación y quedé subcampeona en ruta. Corrí también el Europeo de Estonia con Sheila Gutiérrez y Alicia González», recuenta con satisfacción.

La ciclista, que forma parte del equipo del Proyecto FER, trabaja con la ayuda de Juan Francisco Andreu. Y sus objetivos los enfoca a «trabajar mucho, progresar, ver que hay evolución y no pensar en llegar y ganar, sino en madurar». Claro que como cualquier deportista ensueña con ganar el campeonato de España o más aún acudir ya en 2020 a los Juegos de Tokio. Y tiene referencias como Marianne Vos o Pauline Ferrand-Prevot.

Pero quiere ser ella misma. Siempre piensa que se puede. Que ese puerto que viene lo va a superar. Y eso se lo lleva la vida cotidiana. No se arruga, ni mira para otro lugar, sino que afronta lo que viene. Y en su deseo es escribir «una carrera en el ciclismo».

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