ERC desautoriza a Torra, que pierde otro pulso en el Parlament

Junts per Catalunya se queda solo en su acoso al secretario de la Cámara catalana

Quim Torra, en el Parlament de Cataluña EP

Miquel Vera

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La estrategia de confrontación extrema contra Esquerra que viene aplicando Junts per Catalunya desde hace meses dejó ayer al presidente catalán, Quim Torra , solo y desautorizado por sus socios en el Govern. Los de Oriol Junqueras decidieron posicionarse en contra del cese del funcionario Xavier Muro (el secretario general del Parlament), señalado por Torra por negarse a publicar algunos apartados de las últimas resoluciones aprobadas en la cámara catalana contra la Monarquía.

Con este paso ERC no sólo dejó aislado al «president» y a su partido defendiendo una extravagante intromisión del poder ejecutivo en el legislativo, sino que dio un paso más en su emancipación de la línea frentista de Jun ts, un gesto arriesgado pero lógico en el ambiente preelectoral que reina en Cataluña desde hace meses.

Esta nueva grieta en el bloque conformado por Junts y ERC, que comparten desde 2018 el control de la Generalitat , se gestó en el seno de una reunión cerrada y telemática de la Mesa del Parlament, el órgano que dirige la cámara y planifica los plenos. Según informaron a Efe varias fuentes presentes en el encuentro, el presidente de la Cámara autonómica, el republicano Roger Torrent , rechazó tomar cualquier medida contra Muro (Torra pidió que fuera cesado) porque, en su opinión, no se le podía exigir a los empleados de la Cámara que se arriesgaran a sufrir consecuencias penales por decisiones de los grupos políticos.

El propio Muro defendió en la misma reunión que él se limitó a cumplir con su deber, que es impedir la publicación de cualquier texto que contravenga las interlocutorias del Tribunal Constitucional (TC). El secretario general también recordó que solo él puede autorizar la publicación oficial de resoluciones parlamentarias, por lo que si la Mesa asume la decisión y diera la orden, tal y como reclamaban Junts per Catalunya y la CUP , la publicación carecería de valor.

El debate abierto por la publicación -íntegra o parcial- de las resoluciones parlamentarias surgidas del pleno exclusivo sobre la Monarquía celebrado el pasado 7 de agosto a petición de Torra para posicionarse tras la decisión del Rey Don Juan Carlos de abandonar España duró varias horas, pero no derivó en ninguna votación. Eso sí, en el acta de la reunión se recoge que la propuesta de cesar o castigar a Muro contó con el rechazo de Esquerra, Ciudadanos y el PSC . No en vano, los socialistas acusaron al partido de Puigdemont de querer hacer política con los funcionarios y de ponerlos en el punto de mira algo que consideran «indignante». «Querían destituir al señor Muro pero hemos frenado este nuevo ataque a la democracia», destacó por su parte el diputado de naranja Nacho Martín Blanco en rueda de prensa.

Fuera del Parlament, la alineación de ERC con Ciudadanos y PSC contra la deriva autoritaria de Torra sirvió de excusa y munición para el independentismo más exacerbado, que redobló sus reproches a los republicanos, acusados, una vez más, de boicotear la «soberanía del Parlament» .

No obstante, los dirigentes de mayor peso dentro del espacio neoconvergente, empezando por el propio Carles Puigdemont , evitaron valorar la polémica, considerada más fruto de una salida de tono de Torra que de una estrategia planificada. Así, el presidente se quedó orillado y defendido públicamente solo por algunos diputados del ala más dura de Junts en el Parlament -liderada por Albert Batet, Gemma Geis y Josep Costa, entre otros-.

Independientemente del recorrido «real» de esta polémica, lo que subyace de ella es la incapacidad de Junts y Esquerra por definir una estrategia común cuando la cuenta atrás por el final de la legislatura lleva meses en tiempo de descuento -antes del inicio de la pandemia Torra anunció que convocaría elecciones cuando se aprobaran los presupuestos, algo que sucedió el pasado mes de abril.

Enésimo choque con Torrent

Por otra parte, el capítulo de ayer es una cuenta más en el rosario de desencuentros vividos entre Torra y Torrent. Ambos tienen una relación envenenada desde que el presidente del Parlament se negó a investir a Puigdemont de forma «telemática» en 2018. Más tarde, en enero, humilló de nuevo a Junts dejando a Torra sin su acta de diputado. El de ayer es un nuevo episodio una legislatura estéril nacida de los estertores del «procés».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación