Steve Osborne, director de Sal Maldon
Steve Osborne, director de Sal Maldon - INÉS BAUCELLS

«Somos el Barcelona o el Real Madrid de la sal»

Steve Osborne lució su afamada Sal Maldon en la Feria Alimentaria de Barcelona

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Ha habido algunos hitos que han cambiado el rumbo de la humanidad. Uno de ellos es el inicio del uso de la sal para curar y guardar los alimentos. “El salario toma su nombre de la sal, pues su importancia era tal para la sobrevivencia que se pagaba con sal antes de que existiera el dinero”, comenta Steve Osborne. El empresario es la cuarta generación al frente de la empresa que logró en España el genérico de “sal maldon” para referirse a la sal “gorda” (de extracción natural y sin refinar). Con motivo de la feria Alimentaria, Osborne visitó España, el segundo país en donde más se consume su producto después del Reino Unido.

Maldon, antes que una sal, es un pueblo en el condado de Essex en Inglaterra.

De ahí proviene la familia Osborne. “No tenemos nada que ver con el toro negro español”, bromea acerca de su apellido. Es ahí, en los estuarios Blackwater, en donde desde hace varios siglos se utiliza una técnica romana de extracción de sal. En 1882 nace Maldon Salt Company, empresa que en 1922 compró la familia de Steve. Para esas fechas, su producto ya se vendía en algunas de las mejores boutiques de alimentación de Londres, como los almacenes Harrods.

En 1998 el entonces corredor de bolsa se incorpora a la empresa familiar y tras la jubilación de su padre en el 2000, asumió su dirección. “Desde que empecé hasta donde estamos ahora, nuestras ventas han crecido en un 750%”, confiesa. ¿A qué se debe semejante crecimiento? Hay muchos factores involucrados. “Internamente, nos dimos cuenta que nuestra calidad es nuestro elemento diferenciador”, explica Osborne. “Sin ella no seríamos el número uno, así que nos hemos dado a la tarea de que sea siempre nuestra prioridad”, agrega. “Si nos hacen un pedido que no podemos cumplir, preferimos rechazarlo antes de comprometer nuestro producto”, enfatiza.

Y vaya que si han tenido oleadas de peticiones. “Cuando Ferran Adrià comenzó a hablar acerca de nuestra sal, cuando nos volvimos proveedores oficiales de la Casa Real Británica o cuando Gwyneth Paltrow nos agregó en su libro de cocina, nuestras ventas aumentaron”, comparte. Ese boca oreja “premium” en pleno boom de la cocina ha disparado las ventas de esta pequeña empresa inglesa.

La compañía ha formado parte de la revolución gastronómica de los últimos años. “Cuando empecé, en 1998, se utilizaba el microondas para todo. Ahora, los chefs son personalidades importantes y la gente tiene cada vez más interés en saber qué se está metiendo a la boca. Nosotros solo nos hemos beneficiado de ello”, puntualiza el empresario. “La sal es como el futbol, todos jugamos en la misma liga, pero siempre hay uno que gana más partidos porque tiene mejores características; somos el Barcelona o el Real Madrid de la sal”, presume, sin temor a equivocarse.

Hojuelas piramidales

Para Osborne, la diferencia de Maldon con otras sales son tres características, su aspecto, escamas con forma piramidal; su sensación en la boca, de hojuelas crujientes, y, finalmente, su sabor, suave, casi dulce, que en lugar de tapar, aumenta el sabor natural de los alimentos. Éstas tres cualidades se deben a su extracción natural, pues no agregan químicos en ella. “El proceso de evaporación del agua de mar permite que elementos minerales, intrínsecos en la sal marina como el calcio (y que son buenos para el ser humano), permanezcan en el producto”, explica. “Nuestra sal es muy natural”, agrega.

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