Una coctelería, como Cachaca, puede ser una buena opción para después de cenar
Una coctelería, como Cachaca, puede ser una buena opción para después de cenar - ABC

Cinco sitios románticos en Barcelona

Estos son algunos espacios en la ciudad que te asegurarán un 10 en tu cita sin que tengas que romper la hucha

BARCELONA Actualizado: Guardar
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  1. Rompeolas del Hotel Vela

    Unas vistas privilegiadas de Barcelona
    Unas vistas privilegiadas de Barcelona - ABC

    Dicen que las mejores cosas en la vida son gratis y aunque este espacio esté dentro del complejo que se construyó para el hotel W, aquí no hay que pagar entrada ni llevar pantalón largo ni mucho menos tacones kilométricos. Para llegar aquí basta andar un poco, quizás tomar un bus y subir unas escalinatas. Una vez detrás del edificio de uno de los hoteles más famosos de la ciudad, se puede disfrutar de la vista de sus habitaciones, sin ningún cristal de por medio. Aquí venían los jóvenes a beber y fumar un porro antes de que existiera siquiera la idea de un hotel de cristales azulados. Hoy en día, las parejas se acomodan frente al mar para imaginar la inmensidad de su relación al compararla con el mar. El refugio antiaéreo de Guinardó, el Castillo de Montjuïc o el Teatre Grec pueden tener efectos similares en las parejas.

  2. Palau Güell

    Uno de los edificios menos conocidos de Gaudí
    Uno de los edificios menos conocidos de Gaudí - ABC

    El patito feo de los edificios creados por Gaudí, no porque sea feo, sino porque es poco conocido. Ha estado tanto tiempo cerrado por reformas que son pocos los que saben que ya ha abierto. Una cita en este espacio puede ser un gran acierto, no solamente porque te permitirá descubrirle a esa persona especial un sitio hermoso, sino porque el entorno oscuro y misterioso le imprimirá una especie de intimidad particular a la cita. La terraza es alucinante. La entrada cuesta 12 euros y el museo cierra a las 8 de la tarde, excusa perfecta para continuar la velada en alguno de los muchos bares históricos del Raval, como el Pastis, el Marsella, el Kentucky, Robadors 23 o, por qué no, el O’Barquiño. Si prefieres alguna opción más renovada, no te pierdas La Taverna del Tío Carlos, con su rumba en vivo o el Cañete.

  3. Las terrazas de los museos

    La terraza del Museu Marítim, una joya excepcional en Barcelona
    La terraza del Museu Marítim, una joya excepcional en Barcelona - ABC

    Así como las terrazas de los hoteles se han abierto recientemente al público de la ciudad, las de los museos están ahí a la espera de ser descubiertas. En particular hay tres que nos parecen excepcionales para poder pasar un rato agradable con un(a) pretendiente o para reavivar alguna ceniza aún al rojo vivo. La del Museu Marítim de Barcelona es preciosa, bajo la sombra de aquellos grandes árboles. La del Convent de Sant Agustí es casi secreta en el bullicioso Born. Y por último, la del museo de Frederic Marès, a unos pasos de la Plaça del Rei, en el Gótico, apostada en la antigua muralla de la ciudad y en el patio del museo (el Café d’estiu abre solamente de abril a septiembre). Aquí no encontrarás grandes dotes culinarios, sino espacios espectaculares en donde beber una cerveza, tomar un café o en dónde poder calar las aguas para ver si la noche amerita ser más larga que lo que tardas en beberte una infusión.

  4. El Call barcelonés

    Salterio, un espacio muy particular en el Call barcelonés
    Salterio, un espacio muy particular en el Call barcelonés - ABC

    El antiguo barrio judío de la ciudad de Barcelona consiste en varias callejuelas interpuestas unas sobre de otras, a mano izquierda del Palau de la Generalitat. Aquí hay bares escondidos en rincones oscuros y alguna que otra plaza (como la de Sant Felip Neri) que permiten desahogar una atmósfera que parece detenida mucho tiempo atrás. Aquí se encuentra una de las sinagogas más antiguas de Europa, la cual se puede visitar pues sigue en funcionamiento. Además, también, hay varios restaurantes de precios ajustados cuya atmósfera es perfecta para una cita o una celebración romántica. Destacan, sobre todo, dos, La Alcoba Azul y Salterio, ambos ubicados en la misma calle. En La Alcoba Azul, sus tostas son perfectas para compartir y probar. Por otro lado, el Salterio es un escondite berebere en el centro de Barcelona, una acogedora tetería en donde la comida es un gran descubrimiento y el espacio invita a la intimidad. Aquí hay música en vivo cada tanto.

  5. El siguiente paso

    Cachaca, una buena opción para tomar algo en el centro
    Cachaca, una buena opción para tomar algo en el centro

    Cuando la cena fue por los caminos esperados, lo mejor es pensar en un espacio tranquilo pero a la vez con vidilla para dar el siguiente paso (continuar la conversación, pues). En ese caso, depende el barrio en donde se haya desarrollado la cena, lo mejor es buscar un bar de cócteles que relaje la lengua (en pos de la conversación, insisto). En el Gótico, lo mejor es recurrir al sótano del Ocaña o al Café Royale, que si se tiene buena suerte tendrá algún grupo tocando música en vivo. También pueden pasarse por el Cachaca, en la calle Ataülf. En el Raval, el Boadas o el Mermelade pueden ser ganadores. En el caso del Born, Juanra Falces nunca defrauda. En Gràcia, Entrepanes Díaz o su vecino el Bar Mut, aunque también el Zero de Paco Pérez es ideal. En las alturas, la terraza de La Jacaranda o el Gimlet. En el Poblenou, no hay que dejar de pasarse por el Balius, en Poblesec, por el Sofrito, y en Sant Antoni, por el Bitter. Si son de bailar, lo ideal es elegir un espacio que esté cerca de alguna discoteca, para que la noche no se corte y continúe hasta que el cuerpo lo pida.

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