Ángel Gonález Abad - LOS MARTES, TOROS

La corrida del siglo XXI

Aquel domingo 23 de julio salió lluvioso. Ni Joselito ni Rivera tuvieron su día, que fue, ya para siempre de José Tomás. Las dos orejas y el rabo del tercero, y dos trofeos más del que cerró plaza.

El matador de toros José Tomás saliendo en hombros de la plaza de toros de la Monumental de Barcelona EFE

Ángel González Abad

Estos días se cumplen cuarenta años de la denominada 'Corrida del siglo', aquella en la que el ganadero Victorino Martín, su mayoral, y los toreros Ruiz Miguel, Luis Francisco Esplá y José Luis Palomar, salieron a hombros de la madrileña plaza de Las Ventas. Y si aquel festejo mantiene todavía intacto su título histórico, en la Monumental de Barcelona también se han vivido tardes de gloria que bien pudieran competir con aquella apoteosis.

Para no interferir con la centuria, en el comienzo de este siglo XXI, en la temporada del año 2000, se vivieron varias fechas que bien podrían acceder a la denominación de 'Corrida del siglo', del XXI, eso sí. Voy a apostar por la del 23 de julio de hace ahora veintidós años. Joselito, Rivera Ordóñez y José Tomás en el cartel, los toros de Garcigrande y Domingo Hernández. La temporada anterior ya había comenzado el intenso idilio entre el diestro de Galapagar y la afición catalana. Sus actuaciones se contaban por triunfos, se vivía en la Ciudad Condal un resurgir de la Fiesta, habían pasado apenas quince días desde que Finito de Córdoba indultara a Zafiro, de la ganadería de Torrealta, otra de las tardes candidatas.

Aquel domingo 23 de julio salió lluvioso. Ni Joselito ni Rivera tuvieron su día, que fue, ya para siempre de José Tomás. Las dos orejas y el rabo del tercero, y dos trofeos más del que cerró plaza. Conquistó definitivamente el corazón de la afición de Barcelona, que se sentía recompensada por un torero que cada vez que hacía el paseíllo en la Monumental se entregaba sin límites. La corrida del siglo XXI, la tarde redonda en la que José Tomás marcó su cenit. Lo máximo en ese momento, pero todavía al maestro madrileño le quedaba mucho que dar por la Cataluña taurina. La reaparición en junio de 2007, lo fue todo; el indulto a Idílico en septiembre de 2008, los seis toros en solitario…

Había que elegir una, me quedo con el 23 de julio de 2000, justo en los albores del XXI.

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