Eva Granados - Tribuna Abierta

El 1-O y la irresponsabilidad

Nada estaba preparado, cambiaron los planes simplemente para mantenerse en el poder

Lo primero que conviene recordar es que el referéndum no aparecía en programa electoral del Gobierno independentista: se hartaron de decir que ya tenían el mandato ciudadano tras las elecciones plebiscitarias de 2015 que no dieron una mayoría social al tándem Puigdemont-Junqueras. Provocaron un falso referéndum como salida a su fracaso tras perder la votación de los presupuestos. Pasaron de engañar diciendo que llegarían a la independencia en 18 meses a engañar diciendo que harían un referéndum que daría la mayoría para materializar la independencia. Nada estaba preparado, cambiaron los planes simplemente para mantenerse en el poder.

Rajoy y su Gobierno no identificaron la fractura social creciente en Catalunya, ni trataron de dialogar con el Gobierno catalán. Su receta fue la recentralización competencial y el menosprecio institucional mientras el problema se hacía cada vez mayor. La única respuesta fue la judicialización de la política. Un error. Frente a ellos, los de Puigdemont-Junqueras vulneraron leyes y alimentaron peligrosamente la crispación y fractura entre catalanes. Hasta el punto de quitarnos la ciudadanía catalana a los que no comulgábamos con sus ideas, hasta el punto de llamar a los independentistas a señalar a los alcaldes socialistas que pusieron la convivencia por delante de la ideología. Rajoy se pasó meses proclamando a los cuatro vientos que no habría referéndum, que no habría urnas, mientras seguía produciendo independentistas cada vez que hacia una declaración claramente frentista para los independentistas y de claro abandono para los que trabajábamos contra la independencia.

El desastre del 1 de octubre llegó. Fue un día de derrota para todos: el Gobierno ordenó unas desgraciadas cargas policiales que se quedaran en la retina de todos y que únicamente sirvieron para dar a los independentistas falsos argumentos de un supuesto mandato ciudadano. No se debería haber producido y aquellos hechos los pagamos y los pagaremos muchos años. Un año más tarde, la moción de censura y la constatación del fracaso de la vía unilateral nos sitúan en un mejor escenario. El Gobierno del PSOE ha contribuido al restablecimiento de una normalidad institucional que, más allá de las declaraciones inflamadas de estas semanas de conmemoraciones, ha empezado a dar frutos. Los acuerdos en materia fiscal y financiera ayudaran a mejorar los servicios públicos tan deteriorados en Cataluña. Es solo un ejemplo de lo que deben hacer los gobiernos: cooperar, dialogar, para mejorar la vida de conjunto de la ciudadanía.

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