Inmersión en el arte total con Klimt
El centro de artes digitales Ideal inaugura su tercera experiencia inmersiva con una muestra dedicada al pintor austríaco
El modernismo rompió con el academicismo imperante en el siglo XIX y quiso transportar el arte a todas las partes de la vida. No solo un cuadro o una escultura eran bellos, también lo podían ser objetos mundanos como un cartel o una aceitera. El objetivo era abandonar la jerarquía entre alto y bajo arte arte para crear el concepto del arte total, presente en todos los aspectos del día a día. «Romper con todos los cánones imperantes», tal como lo explica Imma Fondevila, que junto a Theresia Nickl comisaría en Barcelona la exposición 'Klimt, la experiencia inmersiva'. Con la idea de seguir rompiendo con los cánones actuales, el centro de artes digitales Ideal ha diseñado una exposición en la que se integran arte plástico y arte digital, que es ahora el percibido como medio inferior a los tradicionales. Un nuevo concepto de arte total para un nuevo siglo.
La sala inmersiva de más de 1.000 metros cuadrados transporta al visitante al mundo que vivió Gustav Klimt, tanto físico como artístico. Después de un recorrido por el Pabellón de la Secesión de Viena, edificio referente del modernismo austríaco, el viaje transcurre por los cuadros de Klimt. La experiencia dura 30 minutos, en los que el espectador es transportado a un mundo ajeno, de formas y colores que le son familiares pero que jamás ha sentido tan cercanos físicamente, aunque sin dejar de ocupar el lugar elevado que les corresponde.
Pero donde realmente se mezclan el arte y el mundo físico es en la experiencia de realidad virtual, un recorrido por las obras más conocidas del pintor austríaco, sobre todo de la época dorada. Es ahí donde el visitante puede sumergirse en 'El beso', 'Retrato de Adele Bloch' y 'Judit I', entre otros.La exposición ha tomado como lema la inscripción de la fachada del Pabellón: «A cada tiempo su arte, a cada arte, su libertad», frase que cobra pleno sentido en IDEAL. Y es que, al unir la técnica digital con la obra plástica, se crea una nueva perspectiva para apreciar el arte; un enfoque que lo acerca, lo anima y rompe con la idea de que el arte plástico es estático
Así, la idea de inmersión traspasa la barrera física que comporta la pantalla y crea una nueva idea de arte total: en lugar de llevar el arte a la vida diaria, como hicieron los modernistas, lleva a quienes viven en el mundo físico a la realidad donde viven las obras. «Es el museo imposible del futuro», lo define Jordi Sellas, director de Ideal.
Las grandes protagonistas de los cuadros de Klimt son las mujeres. En el modernismo, la mujer es representada como musa o como femme fatale. «Es la reacción de los artistas al movimiento feminista», analiza Theresia Nickl. La primera ola feminista reivindicaba el espacio de las mujeres en el mundo laboral o el derecho a voto, entre otros. Las comisarias han decidido no permitir al artista relegar a la mujer al papel de pintada en los museos y han dedicado parte de la exposición a hablar del movimiento feminista liberal y sus protagonistas, en su gran mayoría aún desconocidas pero importantes precursoras del feminismo actual.
La exposición, organizada en colaboración con Layers of Reality y el Exhibition Hub de Bruselas, se podrá visitar a partir del próximo viernes 16 de abril. Jordi Sellas ha anunciado que a partir de mayo también abrirá los jueves por la noche el Kabarett Fledermaus, ideado por Raffel Plana inspirándose en el cabaret vienés que fue el club social de los modernistas austríacos entre 1907 y 1913 y que Klimt contribuyó a diseñar.
