La venta de gasolina repunta por los bajos precios tras hundirse con el «céntimo sanitario»

El «céntimo sanitario» logró recaudar más de 300 millones de euros mientras estuvo en vigor. Una suma que se incorporaba directamente a las arcas autonómicas, sin tener que esperar los dos años que transcurren hasta que el Gobierno central transfiere su parte proporcional de los impuestos por la venta de gasolina a las comunidades autonómas. Sin embargo, no todo fueron «pros» y las estaciones de servicio denunciaron que «recortó» un consumo que «emigró» a regiones limítrofes en las que el precio por repostar no aumentaba por gravámenes.

Sea como fuere, y bajo la influencia también de la reducción generalizada de recursos en años de crisis, las ventas cayeron hasta en un veinte por ciento en 2012, cuando se comenzó a cobrar 4,8 céntimos más por litro.

Desde entonces y tras tocar suelo un año después, la situación parece haber recuperado una cierta normalidad. El ejercicio 2016, el primero libre de tasa, cerró con un incremento del 17 por ciento respecto a las cifras de tres años atrás, coincidiendo no sólo con la eliminación del citado impuesto, sino también en paralelo al desplome de precios por el abaratamiento del barril de petróleo, que se redujo a su nivel más bajo desde 2004.

La recuperación del consumo se remonta al año 2014, cuando comienza tímidamente la remontada. Un año antes, Castilla y León surtía la segunda gasolina más cara del país y se apreció una cierta bajada de precio, pero fue 2015 cuando el éste cayó radicalmente. El «céntimo sanitario» se redujo a la mitad y el valor del petróleo comenzó a bajar. Se pasó en un año de pagar 1,41 euros por litro de gasolina a 1,18. Fue entonces cuando el ritmo del consumo tomó un mayor impulso y se elevó en un nueve por ciento. La situación continuó en 2016, con un nuevo aumento de ventas de un seis por ciento y las tarifas más bajas de la década: 1,03 euros.

En lo que va de 2017, los precios han aumentado respecto a ese suelo, pero sin aproximarse a las cifras que se manejaban en 2013. En el mes de febrero, el último con datos oficiales, el precio del carburante en la Comunidad fue el segundo más barato de España y se situó en 1,21 euros por litro de gasolina y 1,10 para el diésel. El consumo ha continuado al alza, siendo en los dos primeros meses un cinco por ciento superior al del mismo periodo de 2016.

Al mantenimiento de ese crecimiento del consumo habrá contribuido este año la Semana Santa. En Castilla y León se preveía un aumento de casi el 20 por ciento. Las provincias con destinos más rurales y localidades de paso, las más beneficiadas en este sentido. Así, los calculos apuntan a que en Soria se haya incrementado un 143 por ciento, según un informe elaborado por UniversalPay.

Aún no se ha recuperado

Las tres subidas anuales consecutivas, que de momento se mantienen en 2017, permiten mirar atrás con una tendencia al alza sostenida, pero los datos absolutos revelan que la gasolina y gasóleo repostado están aún por debajo de lo registrado antes de la entrada en vigor del céntimo sanitario. En concreto, en 2016 los depósitos de los vehículos se rellenaron con un 12,8 por ciento de toneladas menos de carburante que en 2011.