Triste aniversario

Las páginas de ABC recordaban en su edición de ayer que se cumplían dos años de Luis Tudanca al frente del PSOE de Castilla y León y fue, sin duda, un amargo aniversario porque las cosas en su partido están en un punto que hace dudar mucho de un futuro halagüeño en el corto plazo. La imagen de Luis Tudanca el domingo, reconociendo que le habían pedido bajas en el partido y haciendo un dramático llamamiento a la militancia para que no se vaya, es el mejor exponente de la debilidad de un momento que le afecta personalmente, porque aunque en Castilla y León no se han alzado muchas voces, lo cierto es que sus valedores son en este momento historia y en la estructura regional sus apoyos están muy cuestionados.

Las provincias están divididas y su liderazgo cuestionado. Tal vez el tono menos bronco y combatido que ayer presentó en las Cortes, contraste con la tensión vivida en las últimas sesiones, fueron otro exponente de una debilidad que le va a perseguir durante bastante tiempo.

El PSOE se desangra. No hay más que hablar con cualquier dirigente socialista en privado para que manifieste el bochorno que siente, la pena que le asiste y el bloqueo en la búsqueda de soluciones. El descabezamiento de Pedro Sánchez hace que sus valedores aquí, Luis Tudanca y Oscar López, estén en momentos de máxima precariedad política y cuestionados por sus actuaciones. Todos recuerdan que el método López, que sirvió para apartar a Julio Villarrubia y abrir paso a Luis Tudanca, ha sido la herramienta empleada para desbancar al secretario general. Reorganizarse llevará tiempo, no será fácil y todos piensan que cualquier solución pasa por una fuerte renovación. A pesar del apoyo del alcalde de Valladolid, Oscar Puente, Luis Tudanca ya siente la soledad de la falta de apoyo de muchas provincias y todo ello hace cada vez más difícil su permanencia en el futuro.