El Real Valladolid agota otra vida

Los blanquivioletas perdieron 1-4 ante el Athletic Club en una de las mejores versiones de los de Sergio González

Ünal pelea con Iñigo Martínez por un balon en el Real Valladolid-Athletic EFE

GONZALO CASTRO

Podría ser un chiste afirmar que el Real Valladolid ha jugado este domingo uno de sus mejores partidos de la temporada y que ha perdido 1-4 contra el Athletic Club. Pero no es así. Los de Sergio González han mostrado una de las caras más ilusionantes del curso y los datos así lo corroboran . Una veintina de disparos, ocho córners y 57 por ciento de la posesión, por ejemplo. Pese a todo, no consiguió rascar ni un punto. Pierde otra vida, aunque todavía le quedan. Y no puntúo por lo de casi siempre, porque le faltó lo más importante en este deporte: los goles. El turco Ünal, con hasta cuatro ocasiones claras para romper la red, jugó uno de sus días más negros de cara a puerta. Al final, el único tanto del Pucela lo marcó Sandro, en una de esas jugadas que jamás te imaginas que terminará en gol .

Antes del tanto del canario, ese que despertó a una afición más concentrada en pitar y señalar a sus futbolistas que en animar y apoyar a un equipo que lo estaba dando todo en el terreno de juego, el Athletic marcó dos goles casi sin querer. El primero llegó nada más terminar de cantar el himno. Cogió a todos aún congelados . Una falta directa perfecta de Unai López. Masip tocó el balón, pero no pudo sacarlo de la portería. Era el minuto 4 de partido y a Sergio ya le había caído encima una losa que no pudo quitarse en todo el choque. El segundo gol, cuando mejor estaba el Pucela. En el 24' Raúl García aprovechó la versión más «light» del joven Salisu -la de todos los fines de semana es la versión estrella- para rematar de cabeza un envío que quizá Masip tendría que haber cortado por alto. La grada así se lo echó en cara rápidamente.

A pesar del 0-2 en contra que se reflejaba en el marcador, el Real Valladolid siguió siendo optimista y buscó la portería de Unai Simón con mucho descaro durante todo el partido. Destacó Pedro Porro, que volvía a la titularidad después de nueve encuentros ligueros para mostrar todo su repertorio de centros al área . Llegó a desesperarse porque no entendía que sus compañeros no remataran ninguno. También sobresalió Joaquín, el que nunca falla, seguro atrás y con llegada adelante. En un escalón inferior estuvieron Plano, que solo pudo filtrar un par de balones a los de arriba; Nacho, al que le pesa las buenas actuaciones de su nueva competencia; y Míchel, al que Sergio quitó del campo en el descanso. El partido murió en el minuto 87'. Un gol de Williams, propiciado por dos errores de Salisu y Masip, silenció al José Zorrilla cuando soñaba con el empate . Después, ya sin emoción, Muniain anotó el cuarto. La mini ovación a Aduriz pasó desapercibida. Una pena. Ay, sí, también jugó Ben Arfa, falto de ritmo, lento, pero al que le sobra la calidad.

El Real Valladolid pierde otra vida. Una de esas que duelen porque es en casa, porque tu rival llegaba cansado y porque encima has jugado bien. Las victorias esta jornada de Leganés (ante el Villarreal) y Mallorca (en Ipurúa) aprietan todavía más la parte baja de la clasificación. El Pucela, 15º, vivirá este semana a solo cuatro puntos del descenso. Ya no puede fallar más. Ahora solo le vale ganar . Esta idea la tiene que plasmar, sobre todo, en las dos siguientes jornadas. El próximo sábado, a las 13:00 horas, jugará en Butarque. Después, ya el 21 de marzo, recibe en casa al Celta de Vigo, otro rival directo por la salvación. Dos finales a vida o muerte .

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