Ignacio Miranda - Por mi vereda

Occidente mundano

«Seis de cada diez personas en el mundo viven sin la posibilidad de elegir y expresar su confesión»

Ignacio Miranda
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Justo en estas fechas de triduos, quinarios y novenas, de imágenes sagradas que abandonan por unas horas sus templos para salir a las calles, la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada ha dado a conocer en Valladolid, tras hacerlo en otras ciudades, su informe sobre libertad religiosa. Los datos recogidos son harto reveladores: seis de cada diez personas en el mundo viven sin esta posibilidad de elegir y expresar su confesión, y en más de una veintena de países -Corea del Norte, Pakistán, Somalia, Nigeria, Sudán…- existe la persecución física. Además, el estudio alerta sobre la situación de 334 millones de cristianos hostigados por su credo. Es decir, a uno de cada seis la fe en Jesucristo le puede costar la vida.

En Occidente no se registran persecuciones por razón de creencias. Bastante tiene Europa con seguir instalada en la cobardía, la comodidad y el conformismo, en esa existencia mundana y mediocre que denuncia el papa Francisco como verdadero cáncer del viejo continente, donde pierde valor la dimensión espiritual. También asegura que el odio a los cristianos proviene de quienes continúan en las tinieblas del mal frente a la luz del Evangelio. Respecto a España, el estudio refleja que se ha producido un retroceso de la libertad de confesión en los dos últimos años. Una consecuencia de la tunda anticlerical con la que atizan muchos medios mañana, tarde y noche, de la ingeniería social progre que vende como normal lo excepcional y minusvalora la vida, del arrinconamiento de la asignatura de religión, de la marginación de la Iglesia. Según los autores del informe, ya están saltando luces de alarma. Nuestra civilización se asienta en la cultura clásica, el derecho romano y el humanismo cristiano, que suponen el mejor seguro para combatir los «ismos» que nos amenazan: autoritarismos, populismos, nacionalismos y el islamismo radical. No lo olvidemos.

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