La hora del medio rural (si se ponen los mimbres)

Mejor conexión e impulsar una «industria agroalimentaria competitiva», claves para traducir el interés por el campo surgido con el Covid en una oportunidad para emprender en los pueblos

Casi el 95% de los municipios tiene menos de 2.000 habitantes y en ellos vive el 25% de la población de Castillla y León EFE

H. Díaz

Vivir cuatro personas en un piso de apenas 45 metros cuadrados. Un sueldo mensual de poco más de 1.100 euros (al que a veces sumar, en el mejor de los casos, otra paga mileurista de la pareja). Alquilar una plaza de garaje y pagar otro tanto. Estas y otras condiciones que implican vivir en una gran ciudad han hecho que parte de su población mire con ojos golosos al medio rural en estos últimos tres meses de confinamiento obligado por la Covid-19. La crisis sanitaria provocada por la pandemia ha puesto aún más en valor residir en entorno saludables, lejos de concentraciones, mientras que las fuertes restricciones impuestas las primeras semanas ha colocado el foco en la importancia de la actividad agrícola y ganadera, proveedora de la subsistencia alimentaria de una sociedad confinada. ¿Pero esta mirada hacia los pueblos servirá para impulsar el emprendimiento rural y, por tanto, el asentamiento de población? Sólo si se apuntalan ciertos pilares como la mejora de la conectividad y la puesta en marcha de una industria agroalimentaria realmente «competitiva», al tiempo que se promocionan los verdaderos valores del medio rural alejándose de los «tópicos», coinciden en señalar la presidenta de la Federación Regional de Municipios y Provincias (FRMP), Ángeles Armisén, y el presidente del Colegio de Economistas de Valladolid, Juan Carlos de Margarida.

«Realmente creo que el medio rural es la solución, y no el problema, en cuanto a la situación que están viviendo las grandes ciudades con superpoblación. Lo que yo llamo la España amontonada frente a aquellos que nos llaman la España vaciada», comenta a ABC Ángeles Armisén, para quien a raíz de esta pandemia se está viendo que las grandes concentraciones no solo traen problemas sanitarios «muy graves» sino también en cuestión de gestión de recursos , y ve al entorno rural como el protagonista de las soluciones a esos problemas, «pero con todas sus infraestructuras». La presidenta de la FRMP hace hincapié en esta última cuestión: «Hemos estado durante años comunicando territorios por autovías y trenes de alta velocidad. No digo que no haya que seguir haciéndolo, pero en estos momentos se ha puesto sobre la mesa que hay que comunicar personas y esto pasa sin duda por internet».

La red se ha tornado aún más fundamental en estos últimos meses. El confinamiento y la necesidad de guardar distancias ha hecho que el teletrabajo se instale en muchos hogares, lo que ha abierto las puertas a entender el mundo laboral de una manera más deslocalizada, y esto también podría traer consecuencias positivas para los pueblos, considera el gerente de la Federación para la Promoción Rural Integral de Castilla y León, Víctor Jolín. Sin embargo, en gran parte del territorio rural esta posibilidad choca con la realidad de una «deficiente conectividad». «¡Y no sólo se trata del teletrabajo! Sino también de la prestación de servicios sociales, sanitarios y educativos como se ha visto en estos meses» , añade al respecto Armisén, para quien el acceso a las nuevas tecnologías debería ser visto como un nuevo derecho «muy prioritario». En este sentido, recuerda que no solo está el tema de internet, también el de la telefonía, y apela a la acción del Gobierno central, quien tiene potestad en telecomunicaciones: «Mucha gente de municipios de Castilla y León ha estado confinada de manera absoluta porque además de no poder salir tampoco podían hablar por el móvil».

Por eso, «ahora mismo lo más importante es vencer la brecha digital», insiste Víctor Jolín, y no solo para favorecer el emprendimiento rural: «Estamos hablando de despoblamiento. Los jóvenes tienen un papel fundamental para su reversión y hoy por hoy la ventana al ocio de este colectivo son las redes sociales».

Retos

Pero además de la conectividad, Armisén señala otros «retos» para hacer más atractiva esa España despoblada, algunos de ellos, precisamente con la mirada puesta en esa población más joven. «Primero, debemos dar a conocer de manera cierta los valores del medio rural; en segundo lugar, facilitar también la conexión por carretera -hay población cercana a las grandes ciudades que no viven en lugares mucho más grandes que nuestros municipios pero sí que tienen esa movilidad- y por último «interiorizar» que los recursos son limitados, y que muchos como el agua, la energía, la naturaleza o las materias primas se encuentran en el medio rural» . «Todo lo que demanda el entorno urbano lo tenemos en el medio rural», recuerda la también presidenta de la Diputación de Palencia, institución que precisamente ha iniciado una campaña en la que se promociona la provincia como «una de las mejores alternativas a la nueva realidad» bajo el lema «Todo va a cambiar». «En ese todo va a cambiar no sólo estamos nosotros, también debe estar Europa y algunas de las políticas del Gobierno central poniendo unas infraestructuras básicas al servicio de la población», considera.

Convertir los medios de comunicación en el escaparate de las «virtudes» de esos entornos alejados de las grandes urbes se torna ahora aún más imprescindible, señala Francisco Martín, CEO de Territorio Emprendimiento y socio de Startup Village, una plataforma que asesora y ayuda a personas que desean montar un negocio en el medio rural. Este abulense está convencido de que la crisis sanitaria puede suponer un punto de inflexión y «va a haber cierta gente que se va a plantear hasta qué punto le merece la pena vivir en una gran ciudad teóricamente repleta de servicios a los que no puede acceder por disponer de un empleo precario».

Antes que se desatara la pandemia, la plataforma que preside Martín expuso su experiencia en un encuentro en Ávila que concluyó con la Declaración de Gredos para la repoblación, firmada por 19 diputaciones y ocho comunidades autónomas. Allí Territorio Emprendimiento puso de manifiesto el que consideran otro de los «graves problemas» del medio rural: la disponibilidad de viviendas. «En la mayoría de las localidades pequeñas hay más casas cerradas que abiertas, y con frecuencia o no se ponen en el mercado o no reúnen condiciones de habitabilidad» , considera Francisco Martín, que a continuación pide sensibilidad a los ayuntamientos para ofrecer un parque de viviendas en alquiler.

«Principio de ruralidad»

Francisco Martín, entre cuyos «ilusionantes» proyectos cita el desarrollo de una plataforma que conecta a profesores y alumnos del medio rural para resolver las dudas de los deberes, añade otro «paso» que «lo solventaría todo»: «En el momento en que las empresas del medio rural tributen diferente que en el urbano ese asentamiento de empresas se producirá». La presidenta de la FRMP no va tan lejos pero recuerda que siempre que ha tenido la oportunidad ha reclamado en el seno de la Federación Nacional de Municipios y Provincias la necesidad de incorporar un «principio de ruralidad» a la legislación.

Otra cuestión que ha puesto sobre la mesa esta pandemia es el relevante papel de la actividad agrícola y ganadera: «Nos hemos dado cuenta de que el ámbito rural es clave en el sistema de subsistencia de la sociedad», recuerda el presidente del Colegio de Economistas de Valladolid, Juan Carlos de Margarida, quien cree que esta visión cobra una «importancia clave» en esa gran «parte de nuestro territorio que está despoblado y disperso» -y que precisamente por ello ha tenido menos niveles de impacto del Covid-. A partir de ahí, aboga por «potenciar, cuidar, mimar y garantizar» algo que no es localizable y hacer que la industria agrícola y ganadera sea prioritaria» .

Los datos del Observatorio Agroalimentario que elabora este colegio profesional apuntan a Castilla y León como «una región determinante, a nivel internacional», a la hora de impulsar la economía post-Covid, recordando que esta Comunidad la conforman más de 90.000 explotaciones agrícolas. De Margarida cree en este sentido cree que una vez concluido el estado de alarma es necesario apostar por «una reactivación, que no reconstrucción» del sector primario, y da varias claves, entre ellas la apuesta por la innovación y una agricultura y una industria agroalimentaria competitivas, basada esta última en «empresas fuertes -abundan las microempresas-, que creen productos vendibles tanto dentro como fuera -buscando nuevos mercados- y adaptándose a los nuevos hábitos de consumo». Destaca la importancia también de crear sinergias entre estos sectores y otros com o el turismo de interior, que puede cobrar relevancia en los próximos meses. «Va a ser una alternativa muy importante para Castilla y León . Tenemos que dar un salto a un turismo de calidad», coincide en señalar Armisén, para quien «ser un territorio tan grande con muchas zonas desconocidas» va a ser un valor añadido ahora que se busca esa «exclusividad».

Desde la Federación de la Mujer Rural (Femur), su presidenta, Juana Borrego, insiste también en la vital importancia de ambos sectores -la agroalimentación y el turismo-, para la recuperación de una crisis que cree que ha golpeado aún más a la mujer, que ha venido soportando mayores cargas durante el confinamiento. Pero Borrego va más allá y destaca la necesidad de «un pacto económico y social global que marque nuestro futuro, en el que participen todos los gobiernos, los representantes de las empresas y sindicatos, la FRMP, la universidad y la sociedad civil».

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