Futuros combustibles

Hidrógeno: nueva energía

Los ingenieros industriales defienden el uso del hidrógeno como combustible de futuro a corto plazo, como recoge la Estrategia de Eficiencia Energética de Castilla y León

La empresa burgalesa Hiperbáric culminó el año pasado la fabricación del primer prototipo de comprensor para el Centro Nacional del Hidrógeno ICAL

I. M.

El uso del hidrógeno como combustible en un futuro a corto plazo no debe sonar a ciencia ficción. Los ingenieros industriales de Castilla y León consideran que un proceso rápido de descarbonización de la industria conlleva una elevada factura, que se traducirá en una importante inflación de costes. Es, no obstante, una transición «necesaria» que debe pasar por la electrificación de los procesos con certificado de electricidad de origen verde, así como por el uso de otros combustibles bio y por el hidrógeno, «que promete ser el combustible del futuro» en los sectores considerados difíciles de abatir, como el transporte de mercancías por carretera, el ferroviario o el aéreo.

Según explica Andrés Hernando, ingeniero industrial colegiado en Burgos y CEO de la empresa Hiperbaric, «una economía basada en el consumo de hidrógeno empieza a tener sentido, especialmente en Castilla y León, donde tenemos mucha generación de renovables y daría un valor añadido a esa generación. La Comunidad tiene la oportunidad de aprovechar la energía eólica y solar para que se conviertan en unas renovables más estables, que no dependan exclusivamente de los momentos en que haya sol y viento. Y ahí, el hidrógeno tiene mucho que decir para aprovechar las horas de producción excedentarias».

Precio competitivo

En su opinión, la energía eléctrica se puede convertir en hidrógeno y posteriormente en electricidad destinada a la movilidad o para devolver a la red. «Y en cuanto a precio, el hidrógeno es competitivo respecto al gas natural». La cogeneración volverá a ocupar un papel importante para ciertas industrias, ya que la producción simultánea de calor y electricidad tiene un impacto positivo sobre el negocio, si la regulación y la retribución son adecuadas, como sucede en los países vecinos. Las renovables tendrán un papel destacado, pero sin olvidar que aportan una energía no fácilmente gestionable, al depender de factores no predecibles o no regulables, por lo que es preciso desarrollar en paralelo tecnologías de almacenamiento.

Por su parte, Francisco Carro, miembro de Colegio de Ingenieros Industriales de León y director general de la empresa de ingeniería Tresca, incide en lo relacionado con los costes. «Aunque las tecnologías para la descarbonización estén listas, hemos de tener en cuenta que esta transición no es gratis y, sobre todo, que será tanto más cara cuanto más rápido queramos llevarla a cabo. No hay nada gratis», explica. En el marco de la reflexión promovida por los colegios de ingenieros industriales de Castilla y León sobre la composición del futuro mix energético regional, los expertos subrayan tres cuestiones clave: estarán las renovables, los sistemas de almacenamiento a gran escala y la generación síncrona.

Además, la Estrategia de Eficiencia Energética de Castilla y León 2030 contempla poner en marcha la economía asociada al hidrógeno, además de reducir un 40% el consumo de energía primaria, un 23,22% el de gas natural, y aumentar un 9,60% el de renovables no eléctricas. Durante los últimos meses, se han multiplicado los proyectos de almacenamiento energético. «Hay un auténtico boom del hidrógeno», explica Carro.

Los ingenieros consideran que la eficiencia ya no debería de ser tanto un reto como una obligación. Ambos expertos coinciden en apuntar que en los últimos meses se está demostrando que el mejor aliado del hidrógeno es el precio del gas.

«Poner en marcha la economía asociada al hidrógeno es primordial. Para ello, es necesaria mucha labor educativa y comunicativa. El hecho de que los empresarios y la sociedad comiencen a entender la economía del hidrógeno favorecerá su transición», precisa Carro. Andrés Hernando estima que en el plazo de 15 años el 20% del parque móvil será de hidrógeno; y en ese mismo periodo de tiempo habrá desplazado al gas natural en el consumo energético cerca de 20 puntos. Ahora, el desafío de Castilla y León en materia energética es cubrir el hueco que han dejado las térmicas en el PIB con otras actividades económicas, sean afines al sector eléctrico o no. Por último, se destaca la conveniencia de utilizar los enclaves de las antiguas térmicas para otras actividades industriales.

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