Guillermo Garabito - La sombra de mis pasos

Salir, covid, el rollo de siempre

«De aquellos dos meses encerrados en nuestras casas, privados de casi todas las libertades por abuso del Gobierno, no salimos mejores, salimos exactamente iguales, más blancos en general y los tontos, más tontos en particular»

ICAL

Guillermo Garabito

No me extraña que también en Andalucía vayan a imponer obligatoriamente la mascarilla para seguir evitando rebrotes. Uno abre el Instagram, que es una ventana pequeña donde lo normal queda disimulado entre los cafres, y no hace más que ver gente -de esa que no convive- dándose abrazos y besos en los «stories». Como si a parte de constatar que son idiotas, quisieran dejar pruebas para los demás. Discotecas donde no es que no se respete la distancia de dos metros, sino que calculo que no se respeta siquiera el aforo permitido, reencuentros donde sólo falta lamer a los amigos… Cada vez que veo alguna de estas cosas sólo puedo pensar en cómo no nos hemos extinguido todavía.

Me acuerdo ahora de aquella columna que escribí en marzo cuando empezó el confinamiento diciendo que de aquello, pese a tanto cursi, no saldríamos mejores. Recuerdo a los que me llamaron agorero. Hubo alguien que incluso apuntó que era mala persona por escribir algo así en vez de usar mi columna en el periódico para escribir un cartelito de esos de «Todo saldrá bien». Como es lógico no contesté porque aquello sólo se podría haber respondido elegantemente con un «¡gilipollas!» y cualquier escena de estas de la que hoy hablo en la mano. De aquellos dos meses encerrados en nuestras casas, privados de casi todas las libertades por abuso del Gobierno, no salimos mejores, salimos exactamente iguales, más blancos en general y los tontos, más tontos en particular.

Leía ayer en Twitter un hilo de alguien que decía: «Me cago en el médico que se ha negado a hacerle un certificado a mi madre para que no tenga que llevar mascarilla porque le provoca ansiedad». Sólo faltaría que los médicos después de todo estén también para contribuir en los suicidios colectivos. Luego están esos otros que cuelgan fotos diciendo que las mascarillas son nocivas porque respiramos las micropartículas que desprenden, o no sé qué, y que lo de llevarlas habitualmente es un despropósito. Si es que le hacen a uno poner a prueba sus creencias en la libertad de expresión…

La España kamikaze, contra la España de la idea. Porque España es un país de vecinos con vocación de agente de la Gestapo, de cursis de ventana y de yonkis de las discotecas. Porque si ir a una discoteca por la noche ya hacía tiempo que se había convertido en una ordinariez, con la que está cayendo ni les cuento.

Hablaba Umbral de la España negra frente a la España de la idea. Hoy ya no hay una España negra, tan sólo una kamikaze frente al resto. Kamikazes en política y en la discoteca. Y contra esto ya sólo queda hacer la revolución: Morante, Felipe VI, Vicente Valles y mascarilla para todos; para evitar que se suiciden los tontos y de paso que nos maten a los demás.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación