Guillemo Garabito - LA SOMBRA DE MIS PASOS

Más cuento que Calleja

«Probablemente a las arcas españolas, justo después de la corrupción, lo que más dinero le haya costado es cada vez que a un político se le ha antojado hacerse una foto con un famoso»

Guillermo Garabito

La despoblación es ir a buscar el norte a otro lugar. Y el pan. Irse a cualquier otro sitio y dejar el corazón enterrado con nuestros muertos en el cementerio de algún pueblo de Torozos. Los cipreses, también dicen adiós. La despoblación es aquello de que «la única forma que conocen los humanos de avanzar es dejando algo atrás». Y joder, lo que se queda atrás, cada vez más rápido, es Castilla y León. Nuestra región corre el riesgo de que le pase el futuro por delante si nuestros políticos siguen en lo mismo que llevan desde que se creó la autonomía, que es su carrera personal. Quieren hacerla en Madrid mientras nos venden que el futuro está aquí.

Políticos admirándose a sí mismos, políticos congratulándose de haberse conocido; a la derecha, a la izquierda y en el centro. Políticos que quieren llegar y después, Dios dirá. ¡Espere el lector! Habiendo llegado, se creen Dios: estiran las manos y reparten paz. Esto es un político, la versión beta de Pedro Narciso Sánchez que hace tiempo que perdió las formas y los modales. Pocos he conocido con vocación de servicio público de verdad.

Cada legislatura nos venden medidas revolucionarias y lo que se revoluciona son las filas de los partidos esperando un cargo. Tal vez desde la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural hayan decidido entregarse a la innovación de verdad. Ser unos visionarios y esperar a que se acaben de vaciar nuestros pueblos para traerse el Dakar a Soria como motor económico. Puede que por eso presentara el otro día en Instagram el consejero junto a Jesús Calleja el patrocinio de «Tierra de Sabor» para llevar al MacGyver patrio al Dakar a vender nuestros productos y nuestros pueblos. Ahí es nada. Políticas de choque. Va a ir Calleja a contarles a los musulmanes, como hacía un amigo con arte, que el jamón no era cerdo. Y ellos, después de probarlo, afirmarán muy serios que aquello no podía ser cerdo y que querían más. O quizá Calleja sólo sea la avanzadilla del plan de Jesús Julio Carnero para que cuando cierren los pueblos nos vayamos a Arabia Saudí, porque como dijo Xavi Hernández de Qatar «es muy fácil para vivir». La solución a la despoblación es irse a tomar ideas al desierto. ¡Brillante!

Entre tanto los Reyes Magos -a través de la Junta de Castilla y León- van a llevar a Jesús Calleja al Dakar. No me extraña que Igea, con razón, exija establecer «criterios objetivos» en el gobierno regional para el presupuesto de todas estas decisiones. Porque probablemente a las arcas españolas, justo después de la corrupción, lo que más dinero le haya costado es cada vez que a un político se le ha antojado hacerse una foto con un famoso.

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