El funcionario Caldera

El estreno del exministro de Trabajo, Jesús Caldera (Béjar, 1957), como secretario general del Ayuntamiento de Ávila durante el pleno ordinario celebrado este pasado viernes hizo que la sesión se haya convertido en extraordinaria, dada la expectación que ha generado su asistencia. Caldera, situado entre el interventor, Licinio Calvo, y el alcalde, el popular José Luis Rivas, se incorporó el pasado 12 de febrero a la plaza que tenía en propiedad desde el año 1995, coincidiendo con la etapa en la alcaldía del también exministro, Ángel Acebes. Sin embargo, su dedicación al mundo de la política activa durante las últimas tres décadas hizo que en aquel momento no llegara a incorporarse por encontrarse en servicios especiales. Durante las últimas dos semanas ha intentado ponerse al día en el funcionamiento del Consistorio de la capital abulense, con la ayuda de su predecesor, Francisco Javier Sánchez, para quien sólo tiene palabras de elogio.

Muy a su pesar, y pese a que en los seis puntos del orden del día figuraban asuntos como la convalidación de la dedicación exclusiva del teniente de alcalde de Presidencia, Interior y Administración Local, Rubén Serrano, el protagonista de la sesión plenaria fue Caldera. Tras una sesión que se inició a las 9.12 horas y concluyó en torno a las 12.30, el exministro se limitó a decir que su estreno en una sesión plenaria fue «muy bien», pero no quiso realizar declaraciones porque «los protagonistas son los concejales».

Pese a la curiosidad despertada, el pleno discurrió con total normalidad y entre los tradicionales rifirrafes entre las seis formaciones que integran el pleno corporativo: PP -9-; Ciudadanos -5-; PSOE -4-; Izquierda Unida -3-; Trato Ciudadano -3- y UPyD -1-.

Antes del pleno tuvieron lugar los tradicionales corrillos en los que Caldera dialogó con el regidor, pero también con la portavoz socialista, Yolanda Vázquez, y con el teniente de alcalde de Turismo, Héctor Palencia. El pleno arrancó con palabras de «bienvenida» por parte de José Luis Rivas, quien recordó su retorno a una plaza que tiene en propiedad desde hace «diecinueve años», aunque no se incorporó a la misma porque «estaba en excedencia». En este sentido, Rivas le deseó en nombre de la corporación «mucha suerte y muchos éxitos en su gestión» en la que calificó de su «casa» y su «pleno». Durante las más de tres horas que duró la sesión plenaria, no paró de tomar notas a mano, al mismo tiempo que leía las mociones presentadas por todos los grupos. excepto el equipo de gobierno, del PP.