El fiscal mantiene la petición de 11 años de cárcel para la mujer que fingió una agresión sexual

Las defensas denuncian una mala instrucción del caso y reclaman la absolución o, como máximo, penas por simulación de delito en el caso de ella y complicidad para él

La Audiencia Provincial acoge la tercera y última sesión del juicio contra una mujer que presuntamente simuló un secuestro por parte de su exnovio y su supuesto cómplice ICAL

ABC

La Fiscalía mantuvo ayer la petición de once años y ocho meses de cárcel para V.G.G., una mujer de 35 años vecina de Fabero (León) acusada de fingir un secuestro y simular haber sido víctima de una agresión sexual, para lo que se echó pegamento en la vagina y acusó después a su expareja, I.R.G. Asimismo, el Ministerio Público s demandó una indemnización de 18.000 euros y sostuvo la solicitud de pena de diez años y diez meses de prisión para el otro acusado, F.V.A., como cooperador necesario de un delito de denuncia falsa y simulación de delito. En su informe final, la fiscal argumentó que «hubo un plan perfectamente orquestado y dilatado en el tiempo» algo que, a su juicio, es incompatible con las eximentes de estado de necesidad -al temer por su vida- y miedo insuperable alegadas por la defensa de la acusada, informa Efe.

En este sentido, explicó que «todas las causas por quebrantamiento de la orden de alejamiento han sido archivadas porque no se le puede atribuir a la expareja de la acusada ninguno de los hechos denunciados». Asimismo, añadió que «el miedo insuperable provoca reacciones evasivas, cuando ella deja solo a su hijo, con la puerta de casa entreabierta, y se va a un descampado de madrugada en la localidad donde vive su supuesto agresor».

Arrebato

El abogado de V.G.G., que solicitó su libre absolución, pidió que también se tenga en cuenta la atenuante de arrebato u obcecación. «El único delito que se le podría atribuir, con el Código Penal en la mano, es el de simulación», precisó. Sin embargo, la fiscal consideró que V.G.G. es culpable de un delito de denuncia falsa en concurso con detención ilegal y autoría mediata al entender que «se sirvió de los agentes que procedieron a la detención de I.R.G. y del juez de instrucción que, motivado por sus engaños, decretó su ingreso en prisión». Por su parte, la acusación particular demanda para la acusada once años de prisión y 30.000 euros de indemnización.

Por su parte, la defensa de F.V.A., que al igual que la de V.G.G. reclamó la absolución de su cliente, indicó que «en fase plenaria ha asegurado que no le ayudó a maniatarse». Por ello, de forma subsidiaria, planteó que su forma de proceder aquella madrugada podría ser entendida como «complicidad», pero en ningún caso como cooperación.

El letrado pide también que su cliente sea absuelto de ambos delitos y, subsidiariamente, plantea que se le pueda considerar responsable de complicidad, únicamente en lo que se refiere a los hechos del mes de octubre, dado que él reconoce que llevó a Vanesa a Bembibre en coche esa madrugada, pero aseguró desconocer sus intenciones.

Las dos defensas coincidieron en criticar el desarrollo de la fase de instrucción del caso, que el abogado de Vanesa, José Luis Pérez Vecino, calificó de «nefasto, con tantas irregularidades que no tengo folios suficientes para exponer». A su clienta, dijo, «hace tiempo que se le ha condenado» por unos hechos que, dijo, «en su cabeza sí existían; sí temía por su vida».

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