José Luis Martín - En las cañerías

La «caja» sucesoria

«Sin saber aún cuál será el futuro de Herrera en el partido, las decisiones de Rajoy evidencian que ya se empiezan a colocar todas las piezas sobre el tablero para un posible relevo»

José Luis Martín
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Aunque Juan Vicente Herrera sigue sin soltar prenda sobre su futuro en el PP de Castilla y León, seguramente lo ocurrido estos días en el Congreso Nacional del PP en Madrid, la elección del nuevo equipo de Rajoy y el importante peso de la Comunidad en la Ejecutiva, serán argumentos claves en sus ya habituales reflexiones internas y seguirán alimentando las elucubraciones. Sobre todo porque la continuidad de Alfonso Fernández Mañueco, incuestionable para Génova, y la entrada de Antonio Silván, en el Comité Ejecutivo Nacional, muy luchada por el propio Herrera, supone dar un paso más en la línea de salida de esa carrera sucesoria de la que todos hablan, pero nadie sabe nada.

«Herrera hará lo que quiera, excepto irse», comentaban los más ocurrentes.

Y es que querer despejar en el cónclave popular el secreto de su futuro es tan aventurado como leer lo que muchos confidenciales digitales nacionales publican estos días sobre el barón autonómico. Se gasta demasiado tinta en hablar sobre algo que con toda probabilidad todavía está supeditado, como otras veces, a una intensa conversación con Rajoy.

Curiosamente, Herrera estaba ayer más tranquilo que algunos de sus presidentes provinciales, sobre todo los que ya auguran que tendrán que enfrentarse a listas alternativas a las suyas propias en los congresos provinciales que se celebrarán después del verano. No obstante, muchos parecían respirar algo más profundamente tras diluirse el debate sobre la limitación de mandatos. Unos y otros caminaban ayer por la Caja Mágica con su «prole», porque hasta en eso se nota que Castilla y León es la suma de nueve provincias. Algo parecido ocurría con los consejeros, que por su parte se movían por los pasillos en pandilla.

Este Congreso pasará a la historia, al menos en clave regional, por el impulso recibido por el zamorano Fernando Martínez-Maillo, cuyo liderazgo parece imparable; el apoyo del PP a «los del relevo»: Mañueco y Silván; y las cuatro horas que el ministro de Industria, Álvaro Nadal, estuvo hablando sobre el carbón en el hall de la Caja Mágica. Primero lo hizo rodeado por el presidente de la Junta y las consejeras Pilar del Olmo y Milagros Marcos; de inmediato cogió el testigo la alcaldesa de Ponferrada, y finalmente Silván y un grupo de compromisarios del PP de León le mostraron su preocupación por un sector que tiene los días contados. Cuatro horas de entendimiento y cierta esperanza.

Que el nuevo ministro tenga en su agenda al sector minero es, desde luego, mucho más importante que el baile de nombres. Sin duda, podría ser la mejor noticia que estos días nos podría dar el Partido Popular a los castellano y leoneses.

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