Maigua Ojeda, la reina de la montaña

«Me apasiona tanto lo que hago que me gusta llegar a ese punto de estar muy cansada», dice la toledana, segunda en la Volcano Ultramarathon de Costa Rica

Se trata de una de las carreras más duras, con 250 kilómetros en seis etapas, 12.200 metros de desnivel positivo y una mochila a cuestas M. O.
Juan Antonio Pérez

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Maigualida ‘Maigua’ Ojeda Pérez (Toledo, 1991) llevaba desde los diez años «dando vueltas a la pista y corriendo en los mismos circuitos». Era una prometedora atleta que hacía cross, que iba a campeonatos de España y que había conseguido varias medallas. Sin embargo, llegó un momento en el que «la alta competición me quedaba grande». La razón es simple: «Veía que no disfrutaba, que todo estaba enfocado a los resultados y tenía ganas de vivir». Entonces «descubrí el trail, las carreras de montaña, en las que podía viajar y conocer lugares increíbles mientras corría, que es lo que a mí me gusta». 

Y en ello está. Entre el 28 de marzo y el 5 de abril participó en la Volcano Ultramarathon de Costa Rica , una de las carreras más duras del mundo. Quedó segunda en categoría femenina. «Sigo siendo competitiva, pero no me preocupa la posición en la que llegue. Siempre corro dando lo mejor de mí. Si puedo estar en el podio, genial; y, si no, estoy igual de feliz en la meta», afirma.

«La montaña te permite ser tú, no tener que mirar el cronómetro ni dar explicaciones a nadie. Te permite correr libre. En la montaña estás tú solo y hay un diálogo interno brutal. Además, como las condiciones cambian todo el tiempo, tenemos que estar redescubriendo nuestra persona resolutiva, fuerte, para poder desenvolvernos. Supongo que la montaña te hace regresar a tu yo más profundo », reflexiona. 

Claro, que una cosa es trotar por el monte, en plan dominguero, y otra participar en pruebas prácticamente de supervivencia, donde los kilómetros se acumulan y las dificultades se multiplican. «Sé que es muy difícil de comprender, pero para mí eso es sentirme viva . Me apasiona tanto lo que hago que realmente me gusta llegar a ese punto de estar muy cansada porque estoy disfrutando muchísimo. Aunque llore, vomite o desde fuera parezca que estoy sufriendo. De hecho, he sufrido mucho más este año encerrada en casa con la pandemia», reconoce.

Maigua Ojeda, que sería una digna protagonista del programa televisivo «Informe Robinson», cree que el límite es «la muerte, ¿no? Yo no me pongo ninguno porque, en ese momento, me estaría poniendo barreras. Si hay algún límite, es el que tú te quieras poner. Todos los días, en todas las partes del mundo, hay alguien que rompe límites». 

Desde luego, participar en una carrera de 250 kilómetros, dividida en seis etapas, con un desnivel positivo de 12.200 metros y la subida a cuatro volcanes, es una buena manera de demostrarlo. Por si fuera poco, «cargamos con nuestra mochila, nuestra comida, nuestro saco de dormir y enseres como una brújula, un mechero, una manta térmica, un silbato y la ropa de cambio que vayamos a necesitar. La mochila pesa entre diez y once kilos, y eso dificulta mucho los ascensos».

Además, este año, las lluvias tropicales hicieron su aparición estelar: «En las etapas dos, tres y cuatro no paró de llover de principio a fin. Se hizo muy duro no sólo correr, sino también el descanso. Todo estaba mojado. La organización sólo te puede dar una tienda de campaña, que obviamente estaba mojada. Y el descanso era prácticamente inviable: el sonido de la jungla, unido al de la lluvia sobre tu tienda, hace que dormir sea muy complicado ». Y la etapa cinco se tuvo que suspender porque el río «se desbordó y el caudal te llevaba hacia unos rápidos que eran muy peligrosos de pasar».

Pese a eso, «psicológicamente me he encontrado bastante bien, creo que la situación adversa me ha favorecido». Y agrega que ayuda que Costa Rica sea «uno de los países más bonitos del planeta. Si realmente te gusta la naturaleza, debes ir porque los volcanes son increíbles, la selva y la jungla son brutales, encuentras animales que aquí no ves, como serpientes, tucanes, monos, cocodrilos, las típicas ranas rojas con las patas azules de los documentales...».

Las lluvias torrenciales hicieron que se suspendiera una de las etapas porque el río «se desbordó y el caudal te llevaba hacia unos rápidos que eran muy peligrosos de pasar» M. O.

Proyecto Lobxs

Maigua Ojeda es graduada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), tiene dos máster y es guía de montaña. Esa formación, unida a la pasión por el deporte, la montaña y la naturaleza en general, están detrás del proyecto Lobxs , con el que pretende «inspirar a otras mujeres para que hagan lo que más les gusta, no necesariamente correr».

«Somos el ejemplo de que podemos hacer grandes cosas. Yo notaba que la montaña era un mundo de hombres y éramos muy pocas. Y me preguntaba, ¿por qué? Pues una de las razones es porque nos falta formación, porque hemos entrado mucho más tarde al deporte y porque nos falta confianza y necesitamos ver a nuestras semejantes haciéndolo», añade segura de sí misma.

Quizá nacemos con el destino escrito. Su padre fue durante mucho tiempo «un viajero». En Venezuela conoció la cordillera Maigualida, donde habitan los «Hoti», el último poblado indígena, nómada y salvaje del país. De ahí el nombre de esta toledana que desde hace dos años vive en Torre del Mar (Málaga) al ser un lugar perfecto para entrenar.

En dos meses correrá otra Volcano Ultramarathon, esta vez en Islandia y con dos desventajas: el frío y las 22 horas diarias de luz. «Habrá que acostumbrarse», dice.

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