Antonio Illán Illán

La Constitución está vigente y lo está para que se cumpla

Un de sus grandes virtudes que tiene y que también se predica de mi ciudad de origen, Toledo, es la de la tolerancia

Quiero celebrar este cumpleaños constitucional recordando el artículo 20, en el que se lee: «…se reconocen y protegen los derechos (entre otros) a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción... y que el ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa»

Por ANTONIO ILLÁN ILLÁN

La Constitución de 1978 fue el resultado de una gran dosis de realismo político y fue el pueblo español, cansado de su servidumbre, el verdadero artífice del cambio. Hace ahora cuarenta y un años los españoles decidimos protagonizar nuestra propia historia por nuestra propia voluntad, sin imposiciones. Así nació nuestra Constitución del acuerdo entre los españoles de todo signo, producto del entendimiento entre mucha gente y de algunas renuncias de aquellas personas que, en el año 1978, tuvieron la osadía de soñar con una vida mejor y que tomaron las decisiones correctas que cambiaron sus vidas y nos ofrecieron a todos la oportunidad de vivir en libertad.

La Constitución es un patrimonio colectivo, una propiedad de todos con plena vigencia. Los españoles y españolas del año 78 y los de hoy hemos demostrado que estamos preparados para llevar a cabo la tarea apasionante de la convivencia, de la solidaridad, del respeto recíproco a la diferencia y de la observancia escrupulosa de la igualdad.

Fue el realismo político desde posturas diversas el que hizo posible el magnánimo espíritu del consenso, el que aunó a todos en la conquista de las libertades, y el que, en definitiva, devolvió la soberanía al pueblo español. La Constitución de 1978 ayudó a superar diferencias irreconciliables y a restañar heridas y, al mismo tiempo, supuso el triunfo del pueblo español sobre una etapa de usurpación del poder y de violaciones permanentes de los derechos humanos. Hoy debiéramos tener en cuenta esa lección para seguir trabajando por la igualdad de las personas y los territorios de España.

Son muchos los valores que podemos destacar en nuestra Constitución. En primer término, como cimiento que sustenta la arquitectura de este edificio jurídico encontramos el valor de la igualdad como principio cívico, la asunción de la diversidad y la diferencia como hechos incontestable, la equidad como principio para conjugar igualdad y diferencia en la provisión de oportunidades y recursos para personas y territorios, la justicia, la convivencia y la cohesión social.

Lo que es menester es que, en ese horizonte de valores, la concordia , la paz , la tolerancia , la igualdad , la solidaridad y el respeto sean quienes presidan las relaciones entre los territorios y las personas.

Y hay mucho más. Está la defensa de la cultura y el patrimonio. Está la libertad de expresión. Esta el derecho a la vivienda digna. Está el derecho al trabajo… La Constitución está vigente y lo está esencialmente para que se cumpla , no para alardear de ella y luego hacer cada uno lo que se le pasa por el forro de los caprichos.

Una de las grandes virtudes que tiene la Constitución y que también se predica de mi ciudad de origen, Toledo, es la de la tolerancia. Pero, yo creo que tolerar no significa estar de acuerdo siempre con el otro, ni ser indiferente frente a la injusticia, sino demostrar respeto por la humanidad esencial de toda persona. Hay que respetar al prójimo, sus creencias y sus prácticas, de verdad. Sé que vivimos tiempos complejos en los que hablar es el camino. Los pensamientos únicos y los poderes absolutos debieran ser ¡inconstitucionales! en la letra y en los hechos. Hoy en el negociar debe encontrarse el camino. En la escuela de esta sociedad se me ocurre que debería existir la asignatura de «Educación para el Entendimiento Mutuo», mediante la cual las personas adquieren conocimientos sobre las tradiciones, la historia y la cultura de las diversas comunidades y las capacidades del respeto. Eso es Constitución y es tolerancia. Celebrar la Constitución es recordar sus virtudes. Hoy que tanto se habla de libertades se sigue omitiendo la existencia de algunos miedos a decir lo que hay, lo que se piensa o lo que se siente. Por eso quiero celebrar este cumpleaños constitucional recordando el artículo 20, en el que se lee: «…se reconocen y protegen los derechos (entre otros) a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción... y que el ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa».

Y, como toledano que defiende el patrimonio y la historia, reivindico el cumplimiento de la Constitución en este aspecto imprescindible. Recuerdo, por si algunos no lo recuerdan, que el Artículo 46 dice que «Los poderes públicos garantizarán la conservación y promoverán el enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos de España y de los bienes que lo integran, cualquiera que sea su régimen jurídico y su titularidad. La ley penal sancionará los atentados contra este patrimonio». Y asimismo, el Artículo 149 incide en la «Defensa del patrimonio cultural, artístico y monumental español contra la exportación y la expoliación».

Pues sí, me alegro de que la Constitución esté vigente y me alegraría mucho más si lo que en ella está escrito se cumpliese en todos los niveles: el del estado, el de las autonomía, el de los municipios y el de cada persona.

Por Antonio ILLÁN ILLÁN, un ciudadano de a pie

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