Carlos Martín-Fuertes

Un amigo en el Congo

El 26 de junio pasado será para mí uno de los días que me quedarán grabados como de los más agradables de mi vida

Carlos Martín-Fuertes
Toledo Actualizado: Guardar
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El 26 de junio pasado será para mí uno de los días que me quedarán grabados como de los más agradables de mi vida, donde más he gozado. Por mí y por los demás. Se trataba del encuentro de padrinos de Marsodeto, un grupo de 19 mujeres y hombres que nos han honrado con su padrinazgo durante un año en estos 25 como federación provincial. Un centenar de personas fueron testigos de la jornada en el bello marco del hotel Doménico, en el Valle.

Después de sufrir múltiples anécdotas y avatares para hacerme con los teléfonos, correos y datos para comunicarme con ellos e invitarles al acto, resultó emotivo y estimulante ver cómo entre ellos se abrazaban y saludaban efusivamente según iban llegando.

Unos ya jubilados, otros en activo, bien dentro de la política, la empresa o la docencia. Otros, como José Manuel Molina, exalcalde de Toledo y ahora en la Embajada de la República del Congo, que vino ex profeso a recoger el galardón y vivir la jornada con sus compañeros y familia de Marsodeto. Interesante y de lujo los participantes en la charla-coloquio sobre Plena Inclusión, con mensajes para todos. Lo mismo para la mesa redonda posterior con padrinos, moderados por esa periodista de raza que es Mar García Illán. Andrés Gómez Mora, tan paternal y humano, conmovió al personal con su bonhomía ejerciendo de portavoz.

En la hora de la comida hubo verdadera inclusión, pues uno de los jóvenes intervinientes en la segunda mesa redonda, Roberto, se sentó al lado del presidente regional, Emiliano García-Page, y gozó de lo lindo haciéndose fotos y charlando amigablemente con él. Cuando mediada la tarde casi todos los participantes se habían retirado ya, nos quedamos el dueño, Paco Maeso y cinco personas más con José Manuel Molina. Había venido con pantalones y calzado deportivo. Estaba tan distinto que no le conocí hasta pasados unos segundos, y más por la voz que por la imagen.

Estaba exultante después de salir airoso del asunto de las basuras en los tribunales, y contó y no paró de cómo viven en el Congo. No recomendable para viajar ni invertir. La vida humana, según nos dijo y apreciamos por vídeos que nos mostró, vale menos allí que un gato o un perro. Echa de menos Toledo, echa de menos España, pero ha echado raíces fuera de su ciudad. Nos agradeció de corazón nuestra llamada y nosotros que viniera. Puso la nota exótica de los padrinos asistentes, por eso, por venir desde el Congo. Otros padrinos, como la exesposa de Bono, Ana Rodríguez, agradeció la discreción con que fue tratada. Gracias a todos, no hay excepciones, por acompañarnos y también a Araceli Muñoz por ser cómplice de algunos de ellos, pues nuestras indagaciones no abarcaron a todos. Un recuerdo y un deseo de que le vaya bien a nuestro amigo del Congo.

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