Unas 200 personas protestan en Toledo contra la salida de 235 empleados de CaixaBank en Castilla-La Mancha

La principal línea roja de las propuestas de los representantes sindicales es que las salidas de CaixaBank deben ser voluntarias, y no forzosas, como plantea la dirección

Concentración de empleados de CaixaBank en la plaza de Zocodover de Toledo H. Fraile
Mariano Cebrián

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Unos 200 empleados de CaixaBank se han dado cita este martes en la plaza de Zocodover de Toledo para protestar por la situación que están viviendo ante el ERE (expediente de regulación de empleo) planteado por la dirección de la entidad financiera. De hecho, según fuentes de los trabajadores, durante esta jornada de huelga, el 100% de las oficinas de la provincia de Toledo, 28 en total, han permanecido cerradas.

Además, de las 352 oficinas de la entidad en Castilla-La Mancha permanecieron hoy cerradas y alrededor de la mitad de los 1.100 trabajadores de CaixaBank en la región han acudido a Toledo a mostrar su rechazo al ERE. Los que no han podido hacerlo, se han reunido a las puertas de sus respectivas oficinas. En Albacete, más de medio centenar se concentró de forma espontánea ante la sucursal de Caixabank en la plaza del Altozano, según informan los sindicatos.

«Es la primera vez que los trabajadores de CaixaBank vamos a la huelga. Antes habíamos tenido dos jornadas de paro, pero de momento la empresa sigue sin hacer caso a lo que pedimos, cuando hemos sido un servicio esencial durante la pandemia y creemos que no nos merecemos esto». Así se ha expresado el responsable de la sección sindical de CCOO en la entidad en Castilla-La Mancha, Vicente Vigara .

«Queremos llegar a un acuerdo porque nuestro objetivo no es, para nada, hacer huelga, pero hoy nos vemos obligados a hacer esta jornada de huelga porque la empresa, a pesar de la buena predisposición por parte de la representación sindical, sigue en sus trece, alega que es un ERE organizativo y no tiene en cuenta nuestras propuestas», ha afirmado Vicente Vigara.

La principal línea roja de las propuestas de los representantes sindicales es que las salidas de CaixaBank deben ser voluntarias. Ello, a su juicio, «más en una compañía que tiene como uno de sus pilares la obra social, por lo que debería tener en cuenta a sus empleados. Si los empleados están contentos, los clientes van a recibir un mejor servicio y al final va a repercutir también en el beneficio de los accionistas».

El representante de CCOO ha manifestado que la empresa les está metiendo prisa para llegar a un acuerdo ante los últimos números del Banco de España , que prevé un crecimiento del 6,8%. Por eso, en su opinión, «sería difícilmente justificable que en un primer trimestre, en el que se han declarado casi 5.000 millones de beneficios, en 2022 pueda echar a la calle a 8.300 familias en España, de las cuales 235 serían de Castilla-La Mancha».

«No solo se está negociando un ERE, como está sucediendo en otras entidades financieras afectadas como Banco Santander o BBVA», ha explicado Vigara, «sino que en CaixaBank se está negociando la modificación del artículo 41, que afecta a las condiciones laborales y salariales de los empleados». Lo que pretende la dirección de la empresa, ha indicado, es modificar tanto las carreras profesionales como la clasificación de oficinas, algo que puede afectar también a los clientes.

«La situación actual es muy complicada porque, después de más de dos meses negociando, quedan tan solo tres jornadas oficiales de mesa negociación y, hasta ahora, estamos en el mismo punto que al principio. Por este motivo, queremos presionar a la empresa diciéndole que tenemos el respaldo de toda la plantilla, con el apoyo de toda la representación sindical de los trabajadores en torno a una plataforma conjunta, con un único objetivo, que se llegue a un buen acuerdo y que las salidas sean voluntarias», ha indicado.

Por su parte, el responsable de la sección sindical de UGT en Castilla-La Mancha, Javier Suárez , cree que «las salidas de los trabajadores que propone la empresa son despidos encubiertos, algo que es más flagrante todavía si se tiene en cuenta la situación con la pandemia, cuando la entidad ha registrado unos datos históricos, lo cual ha estado acompañado de una subida de sueldos de los directivos».

Y, por último, el representante del SECB (Sindicato de Empleados de CaixaBank), Julio Fernández Lozano , ha verbalizado la «indignación y falta de respeto» de la dirección con respecto a la plantilla. «Además de llevarles al éxito y después de ser los artífices de los buenos resultados que se están registrando, el precio con el que nos pagan es despedir a 8.300 empleados, a los que quieren echar a la calle sin ningún tipo de miramiento y sin criterio de voluntariedad, sino forzando su salida», ha lamentado.

«Basta ya de subir sueldos a los directivos, de tener bonus y retribución variable, mientras que a los que estamos al pie del cañón nos tengan tan poca consideración. Se quieren cargar nuestro modelo de trabajo y nuestros acuerdos laborales, y económicamente quieren bajarnos los sueldos», ha concluido Julio Fernández Lozano.

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