Pablo Paz - Arando en el Mar

Brexit canario y el turismo del abrazo

No está mal esa campaña que han puesto en marcha en Tenerife y que proponen abrazar a un británico para mostrarles que aquí se les sigue queriendo y considerando como nuestros amigos

Pablo Paz
Santa Cruz de Tenerife Actualizado: Guardar
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Desde que nos enteramos en Europa que los ingleses, al menos una mayoría suficiente, votaron a favor de salir de la UE, imponiéndose por un escaso margen la campaña del Brexit, muchos han sido los sobresaltos de todo orden y nivel, destacando principalmente el “impacto psicológico” por los aspectos políticos, económicos y sociales que pudieran derivarse y que han enfrentado, no sólo a los ciudadanos ingleses, sino a buena parte de la opinión pública europea.

Cada cual mira este acontecimiento desde su propia perspectiva; y es más que obvio que, al menos para España en general y para Canarias en particular, dicha decisión nos preocupa desde una óptica económica; ya que nos genera una gran incertidumbre, principalmente a los empresarios del sector turístico, al constituir el turismo inglés el primer mercado emisor de extranjeros que nos visitan. De hecho, es tanta la preocupación que diversas comunidades autónomas, incluida Canarias, han puesto en marcha grupos de trabajos para hacer el seguimiento de dicho proceso.

Aunque para ser justos, habría que decir que tras el primer susto, las cosas se mueven de forma pausada y la sensatez y los hechos están dando la razón a quienes aseguran que el Brexit no tiene por qué ser – al menos a corto plazo-, un problema o un inconveniente para seguir disfrutando de la “fidelidad” del turismo británico. No hay que olvidar que más de cuatro millones de ingleses visitan Canarias; siendo Tenerife su primer receptor con algo más de 1,7 millones de visitantes. Y entre el razonamiento positivo que hay que exponer se encuentran algunas de estas causas de peso que nos confirman que, al menos por ahora, dichas cifras no tienen por qué cambiar: en primer lugar se encuentra la seguridad. Ahora mismo, y tal como está el convulso panorama internacional, ningún lugar ofrece lo que oferta Canarias: seguridad, hospitalidad, cercanía, excelente relación calidad-precio, una muy buena conectividad y, sobre todo, un destino paradisíaco y un clima incuestionable.

Tal vez seguido de una obviedad, al tener que reconocer que la inmensa mayoría de los viajes y de los servicios ya estaban contratados y pagados; además de añadir que tanto las instituciones canarias como los empresarios del sector y la inmensa mayoría de sus habitantes han hecho todo lo posible por “fidelizarlos” y, ahora, como diría la canción, “ya es tarde” para cambiar de hábito y de destino.

Además de tener que reconocer que Canarias se va a “beneficiar” de, al menos, el 50 % de las plazas anuladas de otros enclaves turísticos que no pasan, precisamente, por sus mejores momentos. Ahora lo que hay que hacer es gestionar lo mejor posible este tropiezo; por eso no está mal esa campaña que han puesto en marcha todos los actores que tienen que ver con el turismo tinerfeño, y que proponen “Abrazar a un británico” para mostrarles a ellos y al resto del mundo que se les sigue queriendo y considerando como “nuestros amigos”; con la seguridad de que no hay motivos para alarmarse “demasiado” ni mucho menos caer en el catastrofismo, ya que están convencidos de que, más pronto que tarde, todo volverá a su cauce. Que así sea.

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