Sucesos

Los ancianos hallados muertos en Ejea no fueron asesinados: murieron en soledad, uno tras otro

La autopsia ha desvelado que primero murió él y su esposa, impedida, falleció horas o incluso días después

Instituto de Medicina Legal de Aragón, donde se han practicado las autopsias F. Simón

Roberto Pérez

El matrimonio de ancianos hallados muertos en una vivienda de Ejea de los Caballeros (Zaragoza) no fueron asesinados , como apuntó en un primer momento la investigación, sino que fallecieron por causas naturales en una trágica secuencia de defunciones en soledad.

La autopsia que se les ha practicado a los cuerpos de estos octogenarios ha determinado que primero falleció el hombre y que horas o incluso días después murió su esposa, que estaba impedida y hacía tiempo que no salía de casa.

Los cuerpos fueron encontrados ayer miércoles por la mañana, después de que la familia se alarmara al no saber nada de ellos desde hacía días. Al entrar en la vivienda se encontraron muerto al matrimonio y en evidente estado de descomposición.

Los ancianos vivían en un inmueble de la calle Mediavilla, en pleno casco histórico de Ejea de los Caballeros, capital de la comarca de las Cinco Villas, al norte de la provincia de Zaragoza y limítrofe con Navarra.

En un primer momento, la inspección ocular creyó ver en los cuerpos señales de violencia , según informó la Guardia Civil. Pero la autopsia ha desvelado que, en realidad, esos signos correspondían a la descomposición natural de los cuerpos. La Guardia Civil ha explicado que fue precisamente el estado en el que se encontraban los cadáveres y la escasa iluminación que había en el interior de la vivienda lo que en un primer momento hizo apreciar signos de violencia que los análisis posteriores desvelaron que eran equivocados.

La autopsia se les ha practicado este jueves en el Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA). Y lo que ha desvelado ha sido que este matrimonio de octogenarios no fue víctima de un crimen, sino que protagonizó una dramática secuencia de muertes en soledad, sin que pudieran pedir ayuda.

Estos ancianos tenían familia en Ejea de los Caballeros, con la que mantenían relación con regularidad. Sin embargo, hacía tiempo que el matrimonio se había vuelto cada vez más introvertido y con un comportamiento de aislamiento creciente. Ella no salía de casa por su estado de salud, el marido es el que cuidaba de ella y de realizar las tareas que requerían salir a la calle.

Los resultados de la autopsia apuntan abiertamente a que la mujer falleció horas o incluso días después de su marido. Es decir, permaneció en casa con el cadáver de su esposo, sin poder pedir ayuda, hasta que también falleció.

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