Rufián sacude a Puigdemont: «Está muy bien que te aplaudan en Perpiñán, pero es mejor en Cornellá»

El portavoz de ERC en el Congreso presume de ser imprescindible para la gobernabilidad de España y la condiciona a «avanzar en la autodeterminación»

El portavoz de ERC en el Congreso marca distancias con Junts per Catalunya Efe / VIDEO: EP
Juan Casillas Bayo

Juan Casillas Bayo

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No es ningún secreto que las relaciones entre Junts per Catalunya (JpC) y ERC no pasan por su mejor momento. Este fin de semana en Perpiñán (Francia), los neoconvergentes hirieron a los republicanos donde más les duele: en la mesa de gobiernos , que es la mayor conquista que hasta el momento le han arrancado al Gobierno de Pedro Sánchez a cambio de su apoyo.

En un constante clima preelectoral, a la espera de que el inhabilitado Quim Torra fije una fecha para los comicios catalanes, JpC y ERC compiten por la hegemonía del independentismo a base de golpes. Esta mañana en el Casino de Madrid, en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum, el portavoz republicano en el Congreso, Gabriel Rufián , repartía dardos a los que siguen siendo sus socios en el Gobierno regional de Cataluña.

«A nosotros no nos verán sentados en una mesa de diálogo entre semana en Moncloa para despreciarla en un mitin el fin de semana », ha advertido, a modo de reprimenda. No ha sido el único mensaje, en un discurso inicial de aproximadamente media hora en el que ha planteado el futuro del soberanismo entre dos opciones: el mayor pragmatismo que hoy por hoy promueve ERC y la vía unilateral en la que sigue encasillado el fugado Carles Puigdemont . Su exconsejera, también huida, Clara Ponsatí levantó ampollas en filas republicanas al tachar de «engaño» la mesa de gobiernos.

Se sientan en ella los dos Gobiernos de coalición, el nacional y el autonómico catalán, con el PSOE , Unidas Podemos , JpC y ERC. Y Rufián tiene claro que el respaldo a Sánchez en la investidura y en la senda de estabilidad presupuestaria no han sido «a cambio de nada». Sino más bien de «retornar el conflicto a la política», o lo que es lo mismo, «avanzar en la autodeterminación» y en la amnistía. «Queremos asumir nuestra imprescindibilidad en la gobernabilidad de este país para avanzar en la autodeterminación del nuestro», ha apuntado, en un evento que contaba con la presencia de la portavoz del PSOE en la Cámara Baja, Adriana Lastra .

Ausencia de Borràs

También estaban entre el público el del PNV , Aitor Esteban , y el diputado de EH Bildu Oskar Matute . La ausencia más destacada, la portavoz de JpC en el Congreso, Laura Borràs , que se ha perdido los continuos chascarrillos de Rufián hacia los suyos. «Quizá no seamos los que más gritan por parecer independentistas (...) Está muy bien que te aplaudan en Perpiñán, pero es mejor que te aplaudan en Cornellá». Según ha explicado después ella misma en los pasillos del Congreso, no ha podido acudir porque ha llegado tarde su avión. Así se lo ha hecho saber a Rufián, que ha aceptado sus disculpas.

En el aire, en plena intervención, el portavoz de ERC ha agitado a modo de atrezo una portada de «La Vanguardia» de la manifestación de 1977 en la que un millón de personas se lanzó a las calles catalanas a reclamar autonomía. Se ha preguntado qué ha pasado para que, según él, ese millón de personas ya no pida autonomía sino autodeterminación, y ha apostado por una solución «multilateral» .

Aunque ha rechazado hablar de encuestas, con la calculadora en la mano, ha reivindicado el papel histórico de su formación en el soberanismo y ha defendido que ya abogaban por la independencia cuando otros aplaudían los pactos de Jordi Pujol con Felipe González y con José María Aznar . A quienes les acusan de falta de épica, les ha pedido que visiten en la cárcel a los «presos políticos». Hoy a Oriol Junqueras no lo encontrarán porque Instituciones Penitenciarias, dependiente de la Generalitat, le ha concedido un permiso de tres días para trabajar en la universidad.

De indulto no quiere ni oír hablar porque sería aceptar que los responsables del «procés» cometieron un delito, pero sí ha exigido «la supresión» de la sedición en el Código Penal, no porque lo pida ERC, que según él no lo hace, sino porque es un tipo «decimonónico». No ha afirmado lo mismo del delito de malversación .

La única autocrítica que ha hecho del independentismo es «no parecerse al Real Madrid de Mourinho». Ese que tenía «moral de victoria» y que, como dijo Xavi Hernández, estuviese como estuviese siempre creía que iba a ganar. Eso le ha pedido a los votantes, a quienes les ha invitado a escoger entre ERC y el PSC; los dos partidos con más respaldo según las últimas encuestas.

La tierra entre el socialismo catalán y el republicanismo está «quemada», al menos antes de que se contabilicen los votos. A día de hoy, para Rufián la opción de Lérida es la mejor: un acuerdo de gobierno entre ERC, JpC y los comunes.

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