Los lodos del «Plan E»: 63 millones solo en vallas convertidas hoy en chatarra

El experimento del PSOE para luchar contra el paro en 2009 y 2010 costó más de 12.700 millones de euros, fue un fiasco en términos de empleo pero un «éxito» en autobombo del Gobierno de Zapatero

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  1. 63 millones solo en vallas convertidas hoy en chatarra

    Siete años después de que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se embarcara en el ingenio del «Plan E», el rastro que dejó aquella experiencia sigue lleno de sombras: obras públicas de utilidad discutible —no fueron pocas las que entraron en la categoría del despropósito—, un gasto extraordinario que sumó déficit y cuya huella aún se digiere en forma de deuda del Estado, fiasco en términos de empleo y, eso sí, decenas de miles de carteles promocionales que costaron 63 millones de euros y que nacieron condenados a morir como chatarra. El conocido popularmente como «Plan E» se articuló en dos fases, con dos nombres para cada edición: primero llegó, en 2009, el «Fondo Estatal de Inversión Local», que le costó a España 7.860 millones de euros. Pese al pobre resultado de esa primera experiencia, el Gobierno de Zapatero reincidió en 2010 con una segunda edición, el «Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local», en el que se fueron otros 4.851 millones de euros de dinero público. El objetivo era, supuestamente, activar las obras públicas y los servicios sociales en los municipios para, así, frenar la escalada del paro y dar un impulso a la economía. La realidad, sin embargo, es que esos 12.700 millones de euros gastados en total en las dos ediciones del «Plan E» solo dieron trabajo a 315.000 desempleados durante una media de no más de tres meses. Pasajero placebo para el empleo, pero muy alto en coste, como con el tiempo han acabado certificando las inspecciones del Tribunal de Cuentas.

    La primera edición, la de 2009, empleó a 201.000 parados cuyos contratos, de media, fueron de tres meses. Así que cada desempleado que obtuvo trabajo con el «Plan E» en 2009 costó a las arcas del Estado 39.065 euros, 13.000 euros por mes.

    Con la segunda fase, la de 2010, lograron un empleo 114.400 parados, pero con contratos que, de media, fueron de solo dos meses. En este caso, el coste por cada desempleado contratado con el «Plan E» fue de 34.419 euros. Y, teniendo en cuenta que la duración media de esos contratos laborales fue de 65,41 días, el coste por cada día de trabajo de cada uno de esos desempleados fue de 526 euros, según se desprende de los datos recopilados por el Tribunal de Cuentas.

    Eso sí, en carteles brilló pomposamente este plan del Gobierno de Zapatero. El Ejecutivo se esmeró en detallar cómo debía ser cada uno de ellos. Era una obligación inexcusable para todo proyecto financiado con esos fondos, hasta tal punto que no colocar el cartel, no hacerlo a tiempo o no tenerlo bien visible durante el plazo que se estipuló era causa suficiente como para que el ayuntamiento de turno perdiera la subvención. Baste como ejemplo la normativa que rigió para la segunda fase del «Plan E», la de 2010: establecía nítidamente que cada cartel debía ser de aluminio o de acero galvanizado, y que su tamaño —fuera cual fuera el importe o dimensión de la obra— tenía que ser obligatoriamente de cuatro metros de ancho por tres de alto.

    En total, solo en carteles, con el «Plan E» se fueron 63,6 millones de euros de dinero público. Los pagaba el adjudicatario de la obra o servicio, pero con la financiación que le llegaba del Estado. En total se plantaron por toda España 60.000 carteles en números redondos, con un coste medio que rondó los 1.200 euros para cada uno de ellos. Y en todos, bien visible, el logo y la leyenda «Gobierno de España»; otro requisito imprescindible.

    El Tribunal de Cuentas ha certificado también que la mayoría de los proyectos financiados por el «Plan E» fueron apresuradamente preparados por los ayuntamientos, apurados en plazos por el Gobierno de Zapatero para que presentaran sus solicitudes para beneficiarse de esa cascada de subvenciones. En la primera fase, la de 2009, el 81% de los proyectos financiados fueron elegidos sin estudiar previamente si eran realmente necesarios. En la fase de 2010 el porcentaje fue del 84%.

    Roberto Pérez, Madrid

  2. En la comunidad valenciana los restos de las obras sirven como refugio de gatos

    Una pequeña biblioteca proyectada en el antiguo zoo de Viveros que lleva seis años esperando a poder funcionar y que fue construida con fondos del Plan E
    Una pequeña biblioteca proyectada en el antiguo zoo de Viveros que lleva seis años esperando a poder funcionar y que fue construida con fondos del Plan E - Mikel Ponce

    Inversión Local. En la Comunidad Valenciana se aprobaron 2.537 proyectos por un importe de 856,2 millones de euros. El Plan E comprometió la contratación de 3.718 parados en la región, pero se quedó en 1.785 contrataciones (menos de la mitad, el 48%).

    El Tribunal de Cuentas auditó el cumplimiento de la legalidad en los contratos adjudicados por 59 municipios (los más poblados de la Comunidad Valenciana) y los 128 proyectos del Plan E que adjudicaron. El informe constató que no se cumplió el objetivo de reducir el paro en los términos previstos. El Plan E financió con 329.459 euros la construcción de una biblioteca municipal en los terrenos donde se ubicaba el zoo de Valencia. Siete años después del comienzo de las obras, la agencia de lectura sigue cerrada y el actual Ayuntamiento ha tenido que habilitar una partida extraordinaria de 15.754,93 euros para reparar los desperfectos provocados por una sucesión de actos vandálicos y darle por fin uso. En lugar de libros, la biblioteca ha albergado una colonia de gatos y en 2014 fue ocupada por personas sin techo.

    A. C., Valencia

  3. País vasco: 883 proyectos que costaron 378 millones de euros

    En el primer tramo de inversiones, el del Fondo Estatal de Inversión Local, el País Vasco recibió 378 millones de euros para 883 proyectos, según los datos del Gobierno socialista, 371 millones de euros según Tribunal de Cuentas. En el segundo tramo, el correspondiente al Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local, 227 millones según el Tribunal de Cuentas, para un total de 731 proyectos. En Bilbao, se procedió a la urbanización de la plaza Moyúa y la Gran Vía, entre Moyúa y Gregorio de la Revilla, con un presupuesto de 4,8 millones-5,3 millones.

    En Vitoria, la reforma de la calle Sancho el Sabio recibió casi 5 millones de euros, con arreglos en las infraestructuras de saneamiento, agua, alumbrado y pavimentación. La construcción de varios tramos de itinerarios de bicicleta recibió 3,8 millones. En San Sebastián, en el Parque de Ametzagaina, situado a las afueras de la ciudad, se construyeron caminos por un importe de 2,1-2,3 millones.

    P. Pazos, Bilbao

  4. Andalucía: un parque acuático de 8,6 millones que nunca tuvo agua

    Parque acuático de JAén
    Parque acuático de JAén - ABC

    El Gobierno de Zapatero financió en Jaén con cargo al plan E un proyecto que tenía como objetivo acabar con el déficit de ocio hídrico que padece la capital. En concreto, la administración central concedió al Ayuntamiento 8,6 millones de euros para la construcción de un parque acuático durante el mandato de la alcaldesa socialista Carmen Peñalver. La regidora no logró acabarlo a tiempo y su sucesor en el cargo, el popular José Enrique Fernández de Moya, consideró que sería un despilfarro proseguir la obra. Esto explica que el parque sea hoy un lugar devastado por la acción combinada del pillaje y el tiempo.

    El parque acuático cuenta con dos edificios cuyo interior es el paradigma del abandono. En ambos hay puertas arrancadas, instalaciones eléctricas desmanteladas, ventanas rotas, pintadas y desperdicios. El exterior no ha sufrido el expolio porque nunca se llegó a instalar el equipamiento, cuyo coste estima el actual equipo de gobierno en 4,5 millones de euros. El anterior se gastó 4,8 en la urbanización y 3,7 en la dotación de servicios urbanos en este espacio que el Ayuntamiento de Jaén ofrece sin éxito a los inversores para que lo convierta en un parque de aventuras. Si la iniciativa privada no toma la iniciativa, tampoco lo hará la pública. Dada la elevada deuda municipal, el equipo de gobierno rehúsa concluir el principal proyecto de la ciudad financiado con los fondos del plan.

    Javier López, Jaén

  5. Andalucía: una biblioteca en la antigua zona hípica

    Biblioteca municipal Francisco Ayala
    Biblioteca municipal Francisco Ayala

    La biblioteca Francisco Ayala dotó de una infraestructura educativa y cultural necesaria para el populoso barrio del Zaidín en Granada. La inversión supuso un monto de 1,5 millones de euros en el que fue uno de los proyectos más emblemáticos del Ayuntamiento andaluz de entre los 97 que encuadró dentro del Fondo Estatal de Inversión Local.

    Aunque no es cuantificable su retorno económico más allá de los puestos de trabajo temporales que generó durante su construcción, desde que se puso en funcionamiento ha dado nueva vida a esta zona del barrio en el que se encontraba la antigua Hípica de Granada, una plaza ahora más frecuentada por universitarios.

    Son 1.446 metros cuadrados con alrededor de 20.000 libros, capacidad para albergar más de 60.000 volúmenes y sala infantil y juvenil.

    Otros proyectos de envergadura que han contribuido a la nueva configuración urbana de Granada han sido la remodelación del paseo del Salón, con una inversión de 4 millones de euros, o la de Santa Isabel la Real, el carril de la Lona y la calle Pagés, en el barrio del Albaicín.

    Diego Márquez, Granada

  6. Barcelona: un catálogo de 302 obras improvisadas

    Recinto de Sant Pau
    Recinto de Sant Pau - ABC

    En el caso de la ciudad de Barcelona, con un Ayuntamiento históricamente con amplia capacidad inversora, para el «Plan E» se tuvieron que improvisar buen número de proyectos. En total fueron 302, con una aportación del Estado de 281 millones, que a su vez movilizaron 579 millones de inversión municipal.53 de infraestructuras, 49 de equipamientos culturales o deportivos, otros 35 de tipo social. En algunos casos, y más que la aportación finalista para un proyecto concreto que estaba en la filosofía de la iniciativa, la aportación estatal no fue más que una pequeña gota dentro de una obra de mayor alcance. Es el caso de los 3,6 millones que llegaron para actuaciones de restauración de fachadas, galerías subterráneas y elementos ornamentales, dentro del gran proyecto de rehabilitación del recinto modernista de Sant Pau, una vez que en 2009 cesó su actividad sanitaria.

    À. Gubern, Barcelona

  7. Castilla y León: un «botellódromo« para estudiantes de 1,8 millones

    Pabellón municipal de Béjar
    Pabellón municipal de Béjar

    A mitad de camino entre el cementerio y el estadio municipal de Zamora se construyó hace seis años, con cargo al Plan E, un auditorio al aire libre concebido como centro multiusos que con el paso del tiempo se ha constatado que su única función ha sido la de albergar los conciertos de las fiestas patronales de San Pedro a finales de junio, alguna otra actuación musical esporádica y cumplir las veces de «botellódromo» en la fiesta universitaria de la Escuela Politécnica de la ciudad, a principios de marzo. Con una inversión de 1,8 millones de euros, el proyecto fue una de las actuaciones estrella en la capital zamorana de la primera fase. Estas instalaciones, con forma de anfiteatro, capacidad para 6.250 personas y un escenario de 632 metros cuadrados, apenas cuentan con actividad.

    Alberto Ferreras, Zamora

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