Dos etarras del Comando Madrid pierden la memoria ante el tribunal

Eluden implicar a Gorka Palacios, en el banquillo, en el atentado de la calle Goya: «Es amigo»

El etarra Gorka Palacios guiña un ojo a la también etarra Dolores tras su testifical ABC

Isabel Vega

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Costaba reconocer en el banquillo al tipo fornido con ropa de montañero en el que se ha convertido el chaval delgado cuya foto pendía de las comisarías y cuarteles de todo el país hace ahora veinte años. Gorka Palacios, que a los 29 era ya el jefe de los comandos de ETA, comparecía ante la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional para seguir saldando cuentas pendientes. Esta vez, el intento de masacre frente a una sucursal bancaria en la calle Goya de Madrid, en 2001, que dejó una veintena de heridos.

Y lo hacía entre amigos, que la mascarilla oculta la sonrisa pero no la mirada cómplice que debía llevar aparejada cuando los integrantes del Comando Madrid Aitor García Aliaga, el «Karpetas», y Ana Belén Egües Gurrutxaga, conocida como «Dolores» , desfilaban por el asiento destinado a los testigos para decir que de lo importante, no recuerdan ya nada y que si algo dijeron en su día fue, como no podía ser de otra manera, porque les estaban torturando. De ella se ha despedido guiñándole un ojo. Con él, compañero de piso un tiempo y de cárcel después, ha bastado una mirada. En cuanto a su propio papel, sólo ha dicho que no quería declarar.

Era día de reencuentros en la Audiencia Nacional. Karpetas y Dolores compartieron banquillo en 2005 y fueron condenados a más de mil años de prisión cada uno como integrantes del Comando Madrid y autores, en 2001, del atentado que acabó con la vida del entonces secretario general de Política Científica del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Juan Junquera . Es solo una parte de todo su historial. Ahí estaban ambos, con Palacios a la espalda cruzando brazos y piernas, sacándole de la ecuación del atentado de la calle Goya.

Karpetas sólo ha venido a reconocer que estuvo viviendo con Gorka Palacios allá «por el año 2000 o el 2001» en el piso que tenía alquilado en Madrid . No ha querido o sabido precisar qué hacía él para ganarse la vida aquellos días. Estaba demasiado concentrado, según ha declarado, buscándose un piso. Del atentado de Goya, una frase resume toda su declaración: «En eso yo no estoy ni juzgado ni condenado y yo no he participado en nada de eso» . Cuando le identificó a partir de una fotografía y dio su alias, no era de cosecha propia. Ha contado al tribunal que la policía le dio 5 días para aprenderse la que sería su declaración, ratificada después en el juzgado.

En cuanto a Dolores, que fue condenada por el atentado de Goya, ni siquiera parecía recordar que el también etarra Fermín Vila Michelena lo hizo con ella, y eso que le cayeron 314 años de prisión por los mismos hechos. Se ha limitado a un «estuvo con nosotros» cuando le han preguntado por él.

En su declaración, de nuevo, la sombra de las torturas y una delación que según ha asegurado, se produjo «en aislamiento». Al menos «Karpetas» ha dicho que estuvo mintiendo al forense que le reconoció dos veces al día durante los cinco que duró la detención en la que dio nombres, identificó fotos y reconoció hechos. Ella no tenía memoria de haber sido explorada por médico alguno, cosa que, como le ha apuntado el letrado que representa a la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Antonio Guerrero , consta en el sumario.

« No lo recuerdo, no recuerdo acciones concretas . No lo recuerdo, han pasado muchos años. No lo recuerdo, no lo sé». Así iba contestando una tras otra a las preguntas sobre Palacios que formulaba el fiscal Marcelo Azkárraga , ante quien Dolores, célebre por haber declarado en su día que estaba orgullosa de haber formado parte del sanguinario Comando Madrid, se ha referido a aquella etapa como su «trabajo».

Había algo, no obstante, que no le ha costado rememorar y lo ha dejado claro al inicio de la declaración:

- ¿Conoce usted a Gorka Palacios?

- Sí. Es amigo.

Tras escuchar a los agentes de policía que investigaron los hechos y recogieron las pruebas que han llevado a Gorka Palacios, como a los ya condenados por este asunto, hasta el banquillo, la vista se ha suspendido hasta este miércoles, cuando será el momento de escuchar las conclusiones. La Fiscalía, como la AVT, pide más de 300 años de cárcel por los 18 heridos de aquel atentado y los cuantiosos daños materiales. Se sumarían a la lista de condenas que ya tiene, como los 83 años por asesinar al policía nacional Luis Ortiz o los seis que le impuso el pasado marzo por almacenar explosivos.

 

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