Artur Mas, Oriol Junqueras y Raül Romeva, en un acto de precampaña de la candidatura unitaria Junts pel Sí
Artur Mas, Oriol Junqueras y Raül Romeva, en un acto de precampaña de la candidatura unitaria Junts pel Sí - efe

La inevitable cautela de las empresas con Cataluña

El grueso del tejido empresarial sigue sin posicionarse a título personal

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El recrudecimiento del pulso soberanista planteado por el Gobierno catalán durante los últimos años ha ido diluyendo el silencio que, en diversos ámbitos de la sociedad española, resultaba habitual ante una cuestión que hiere sensibilidades y que, bajo el prisma de la interpretación interesada por parte de algunos estamentos políticos, puede dar lugar a que las opiniones privadas no siempre se transmitan de manera fiel y con escrupuloso respeto a todos sus matices.

Se han superado determinados tabúes, y así lo ponen de relieve estas páginas, en las que diversas personalidades del mundo de la cultura, el arte, la universidad o la política se pronuncian ante una pregunta para la que caben solo dos respuestas: sí o no. Este periódico también ha tratado de recabar la opinión de las principales empresas españolas, movido por la misma voluntad con que se ha dirigido al resto de sectores. La respuesta por parte de este área ha sido tímida, escasa.

El empresariado español opta por mantenerse en una situación de neutralidad, a pesar de que son perfectamente conscientes de la trascendencia del momento.

Existe preocupación en los consejos de administración, en privado los empresarios reconocen su inquietud ante la deriva independentista de la Generalitat, una posición que no en pocas ocasiones ha sido reflejada por organizaciones como la CEOE y el Círculo de Empresarios. Pero que aún no se atreven a verbalizar con nombres y apellidos el grueso de nuestro tejido empresarial.

España ha dejado atrás una de las peores crisis económicas a las que se ha enfrentado en su historia reciente, una recuperación que se debe en gran medida al esfuerzo y saber hacer de la empresa española, de toda España. Su valentía, buen criterio y aportación al futuro de España, pues, están fuera de toda. Su silencio, pues, solo puede interpretarse como la más clara evidencia de la presión y falta de libertad que se respira en la sociedad catalana. Es cierto que no existe el derecho a decidir.

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